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El turismo no nos salvará

   
El sector asegura que, en el mejor de los casos, en un horizonte hipotético de 16 años reducirían en 100.000 la cifra de desempleados. / DA

El sector asegura que, en el mejor de los casos, en un horizonte hipotético de 16 años reducirían en 100.000 la cifra de desempleados. / DA

SARAY ENCINOSO | Santa Cruz de Tenerife

Diversificar ya no es una opción. Lo dicen muchos economistas, pero también el propio sector turístico. La economía canaria no puede avanzar con un solo motor, necesita más turbinas girando a miles de revoluciones para que la recuperación empiece. A pesar de que cada año aterrizan más turistas en el Archipiélago -más de 12 millones en 2014-, la patronal insiste en que no creará más de 7.000 empleos anuales, una estimación que, según sus propios cálculos, acabaría con 100.000 desempleados menos en un horizonte hipotético de 16 años y con una tasa de paro que rondaría el 20%.

Juan Pablo González Cruz, gerente de Ashotel, no tiene ningún reparo en insistir en que el empleo turístico tiene techo y que los empresarios están cansados de que se les atribuya toda la responsabilidad de salir de la crisis. “Es curioso que, a pesar de estar creando trabajo y de ser el único sector que lo está haciendo en Canarias, las críticas no paren de llegar. Si se pudiera crear más empleo sería mucho mejor, pero hay un límite: hablamos de una economía madura, consolidada, que tiene los costes muy ajustados”. La moratoria turística es una ley, apunta, que explica muy bien la situación. “Lo deseable no es, como ahora quieren algunos, implantar una nueva ley y empezar a construir hoteles”, pero no deja de ser cierto que “la generación de empleo es mucho mayor cuando se pone en marcha una empresa nueva”, algo que apenas ha ocurrido en la comunidad autónoma desde 2001 por la política de no consumir suelo. En establecimientos con una trayectoria sólida el margen es menor. “Los hoteles tienen, por convenio, un 60% de la plantilla fija y un 40% temporal que varía en función de la época y la demanda”. El número de contratos crece cuando llegan más viajeros, pero no logra que se dupliquen. “Pretender que se establezca la ecuación de un turista más es igual a un empleo más es ilusorio”.

Entre 2008 y 2011, antes de que la primavera árabe hiciera que muchos europeos sustituyeran los aeropuertos de Túnez o Egipto por los de Lanzarote o Tenerife, “en el sector turístico había más personal del necesario, pero el empresario, por el acuerdo laboral, debía soportar un determinado nivel de plantilla”. Ahora “vienen más turistas, pero también hay que analizar cómo son las pernoctaciones: dónde y cuántas noches se quedan”, subraya el gerente, en una alusión directa a la regulación del alquiler vacacional. “El 20% de los cinco millones de británicos que vinieron el año pasado no se alojó en un hotel: nos parece una cifra demasiado elevada para asumir que se quedaron en casa de familiares y amigos”.

Los hoteleros lo tienen muy claro: “Mientras no se produzca una contundente recuperación económica -crecimientos sostenidos por encima del 1,7% anual- que se traslade a la economía real, será difícil ver reducciones drásticas en el desempleo, sobre todo porque el resto de sectores no tira de la economía como lo hace el turismo. Dejar toda la responsabilidad a un único sector no sólo no es justo, sino que tampoco es posible”.

Los representantes de los trabajadores no están de acuerdo con estos cálculos. Manuel Fitas, hasta hace poco secretario general de la Federación de Hostelería y Turismo de Comisiones Obreras (CC.OO.) insiste en que los datos oficiales demuestran otra realidad. “De 2013 a 2014 el número de visitantes subió un 6,80% en el Archipiélago”. Además, ese aumento vino acompañado de otros indicadores también positivos: las pernoctaciones crecieron un 6,32%, la ocupación un 4,31%, la rentabilidad económica de la habitación ocupada un 3,40% y la habitación disponible un 5,21%, detalla. En cambio, “el empleo no ha experimentado un comportamiento similar: en 2014 hubo 1.666 trabajadores más de media que en 2013. Esta cifra, además, no es real: en realidad, el número de horas netas contratadas ha descendido porque se sustituye empleo a jornada completa por contratación a tiempo parcial y en formación, lo que se refleja en el descenso generalizado de los gastos de personal”. Mientras, asegura, las empresas registran importantes beneficios. Para Fitas, un ejemplo de esta descompensación es Santa Cruz de Tenerife: “En 2014 se registró un 3,40% más de turistas, un 2,45% más de pernoctaciones y un 2,57% más de ocupación. En cambio, los puestos de trabajo solo se incrementaron el 1,48%, es decir, apenas se contabilizaron 236 trabajadores más de media de un año para otro”.

AENA, ‘capitalismo de amiguetes’

Hasta ahora no se habían pronunciado, pero la salida a bolsa de AENA no es vista con buenos ojos por el sector. El gerente de Ashotel está seguro de que es parte de la factura que están pagando los canarios por las malas relaciones entre el Gobierno central y el autonómico. No solo se ha ignorado lo que dice el Estatuto de Autonomía de Canarias sobre las competencias en materia de aeropuertos, es que el Archipiélago ha quedado totalmente silenciado: “En el consejo de administración hay un representante de Baleares, de Canarias, nadie”. Y las empresas que han adquirido la mayoría de las acciones “son, casualmente, las que ejecutaron la obra de la nueva terminal de Barajas, a las que el Estado debe mucho dinero. Qué casualidad”, dice con ironía. “Los que han decidido comprar acciones no van a estar sentados en el consejo por gusto, querrán influir y sacar beneficios”. El gerente no descarta la subida de tasas, “aunque AENA asegura que están congeladas hasta 2025″, y también lamenta que los esfuerzos que se han hecho en conectividad, especialmente los de Tenerife, puedan verse afectados por “este capitalismo de amiguetes”.


De la obra al hotel
La mano de obra también suscita desencuentros, especialmente entre el mundo académico y el empresariado. La pregunta siempre se repite: ¿se contrata a titulados canarios en los hoteles del Sur? “Claro que sí. Es un mito pensar que solo hay extranjeros. Que en la recepción de un hotel haya una persona que sea holandesa, alemana o rusa obedece a una explicación muy sencilla: que esta persona habla cuatro idiomas. Y si aquí normalmente no hablamos ni dos, es muy difícil encontrar a uno que te hable cuatro. Hay determinados puestos donde es necesario hablar idiomas, y si hay canarios que los dominan, bienvenidos sean; si no, pues habrá que ponerse las pilas”.

Pero el problema formativo no es solo una cuestión lingüística para el gerente de Ashotel. “Aquí todos estamos hablando de diversificar la economía, del valor añadido, pero de los 250.000 desempleados que tenemos en el Archipiélago, el 80% acredita, como máximo, la Educación Secundaria Obligatoria. No lo digo yo, son datos del Observatorio Canario de Empleo”. Hay posibilidades para el reciclaje, pero no son infinitas, advierte. “Tenemos personas de 45 años y más sin cualificar. Es muy duro decirlo, pero no me imagino qué es estar en la piel de esa persona, que a lo mejor no va a volver a trabajar. Porque las condiciones no se van a dar: no va a despegar el sector de la construcción ni de lejos y los otros sectores estarán creciendo a ritmos muy inasumibles”. González Cruz considera que la formación y la preparación marcarán la diferencia en los nuevos tipos de empleo. “El que no lo acepte se quedará fuera del mercado”.

Un horizonte incierto
¿Qué es lo que llevaría a un hotelero a contratar trabajadores de forma indefinida? “Lo mismo que a cualquier empresario: un horizonte despejado en el que está seguro de la buena marcha de su negocio”. El contexto actual, para Ashotel, “es cualquier cosa menos estable y despejado”. Sus previsiones indican que a finales de este año algunos “nubarrones” afectarán al destino Canarias: “Empezará la recuperación de Túnez, Turquía y Egipto, caerá la llegada de rusos y nórdicos y subirá el petróleo”.

12.000 camareras de piso, un ‘ejército’ de trabajadoras en la sombra

S. E. | Santa Cruz de Tenerife

Entre el 20 y el 25% de la plantilla de un hotel está conformada por camareras de piso, una profesión eminentemente femenina y con un alto índice de rotación. Según el Observatorio Canario de Empleo, el 98,2% de los contratos realizados en 2014 (44.835) en hostelería fueron temporales. Además, el número de ocupados en limpieza (incluye dos categorías profesionales: camareras de piso y limpiadoras) pasó de 26.100 a 27.900 entre 2010 y 2014 y el número de jornadas parciales apenas varió entre este colectivo. En cambio, si se toma la totalidad de ocupados en hostelería, el Obecan constata que se han incrementado las jornadas parciales. En 2010 el porcentaje era del 15,3% y en 2014 del 20%. Durante este período se pasó de 118.200 ocupados a 142.100 y el incremento fue fundamentalmente a media jornada (de 18.100 a 28.400). González Cruz destaca que esos datos son de toda la hostelería, subraya que Ashotel cumple el convenio (60% de personal fijo y 40% sujeto a demanda) y que “el empresario, no sólo el turístico, no contrata de forma indefinida en mayores niveles por los elevados costes sociales que tiene que soportar”.

El gerente considera, además, que el debate sobre el empleo no debe centrarse únicamente en si hay más o menos contrataciones temporales o indefinidos. “Estamos asistiendo a un cambio de modelo y en el futuro lo verdaderamente importante será estar trabajando de manera continua, aunque sea en diferentes empresas y diferentes empleos. Es necesario que las condiciones de entrada y salida del mercado laboral sean flexibles para trabajadores y empresarios. De esta forma será más fácil que se creen oportunidades de empleo. Aspectos como la polivalencia, la formación continua, la movilidad funcional y geográfica cobrarán aún más importancia. Nuestra mano de obra, si quiere mantenerse activa, deberá adaptarse”.

Manuel Fitas dice que CCOO continuará defendiendo el cumplimiento del convenio y velando “para que los empresarios no aprovechen una crisis que no afecta al sector hotelero para reducir las plantillas. Advierte de que actuará con firmeza ante cualquier intento de “subcontratación del personal al margen de los regulado”. Sostiene, no obstante, que los convenios actuales se cumplen y que el colectivo de las camareras de piso no sufre explotación laboral de ningún tipo. Lo que señala como un problema es la generalización de los contratos de seis horas en lugar de los de ocho horas para justar costes. “Las camareras contratadas durante seis horas no tienen media hora de almuerzo; al final, se compite entre jornadas de siete horas y media y de seis”. El sueldo bruto de una camarera de piso, sin complementos, es de 1.017 euros; el de una limpiadora, 914.

La patronal de Las Palmas, por su parte, también reconoce que el trabajo desempeñado por las camareras es duro, pero insiste en que no quiere decir que exista explotación y en que el convenio reconoce derechos superiores a los establecidos en el Estatuto de los Trabajadores.