En multitud de ocasiones, cuando hemos visto al vecino salir a correr a las siete de la mañana o al ciclista por la carretera recorriendo el mismo camino que nosotros pero en bici y no en coche, seguramente habremos pensado que “están locos” o, como mucho, en alguna ocasión se nos ha ocurrido decir “mañana me pongo yo”. Ya es hora de cambiar esa mentalidad acerca del deporte o actividad física. Ya es hora de encaminar nuestro estilo de vida hacia la salud, el movimiento, la felicidad.
Los beneficios que nos puede brindar el ejercicio son tan inmensos que no debemos verlo como algo obligado o impuesto por el médico, sino como una rutina diaria, como el mejor momento del día, en el que tener tiempo para uno mismo y evadirse del resto de preocupaciones. Fisiológicamente, el ejercicio físico es productor de felicidad. Gracias a estas actividades el cuerpo humano produce unas pequeñas proteínas llamadas endorfinas, también conocidas como neurotransmisores del placer. Estos químicos producen una analgesia natural, y estimulan los centros de placer en el cerebro que nos dan sensaciones felices y nos alivian de los dolores y del malestar. Además, también nos protegen contra los virus y las bacterias que invaden nuestro organismo. Eso sí, las endorfinas tienen una vida corta, por lo que debemos renovarlas diariamente.
“El deporte no está hecho para mí” o “no encuentro ninguna actividad que me guste”, son algunas de las frases que se suelen escuchar como autoconvencimiento para no comenzar a hacer deporte.
Por suerte, contamos con una infinita lista de actividades deportivas totalmente diferente entre ellas, dentro de las cuales seguro que encontramos nuestro lugar si buscamos de forma receptiva. Por lo que todas las frases como éstas deben convertirse en una anécdota y desaparecer de nuestro vocabulario, comenzando así el camino hacia una buena calidad de vida.
Estos son solo algunos de los beneficios producidos por la actividad física: mejora la resistencia a la insulina (diabetes tipo II), regula los niveles de tensión arterial, incrementa la densidad ósea, te ayuda a cambiar tu cuerpo, aumenta la autoestima, mejora la autoimagen, reduce el nivel de depresión, ayuda a relajarte… y muchos más beneficios de los que puedes disfrutar con tan solo levantarte y decir “quiero un cambio”.
Las actividades con las que podemos comenzar un estilo de vida basado en el ejercicio físico, el estilo de vida de la felicidad, son múltiples y, lo mejor de todo, es que para empezar sólo depende de un factor, y ese eres tú.
*Graduado CAFD
www.worldtfitness.com