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El ansiolítico no es la solución – Por Tamara de la Rosa*

   

Vivimos en una sociedad donde los problemas de ansiedad están a la orden del día. Sociedad dominada por un ritmo frenético donde todo se nos escapa de las manos. Nos frustramos al ver que no controlamos lo quehaceres del día a día y recurrimos de manera inmediata, al dopaje con fármacos como “nuestra salvación”. Hemos normalizado tanto su consumo que, son muchas las ocasiones en las que consumimos el fármaco al mínimo síntoma. Queremos solucionarlo todo con pastillas, depresión, ansiedad, insomnio, ruptura sentimental, problemas familiares… El Orfidal, tranquimazín, lexatin, diazepam, tenxilium y alprazolam son tranquilizantes casi tan conocidos como la aspirina. Tenemos baja tolerancia a la adversidad, al dolor y por eso recurrimos rápidamente a la pastilla aunque sea una solución momentánea ignorando el riesgo de dependencia.

Lo cierto es que, los ansiolíticos no son la solución al problema. Tan solo es, una ayuda para aliviar la sintomatología pero, si no aprendemos técnicas para controlar la ansiedad y habilidades personales y sociales para afrontar situaciones ansiógenas, desde que dejemos de medicarnos y vuelva a aparecer una situación estresante, surgirá de nuevo el desequilibrio emocional y nunca debemos olvidar que la adversidad existe y que no depende de nosotros que aparezca o no.

Es indiscutible, que los ansiolíticos reducen los síntomas de ansiedad rápidamente y son útiles en reacciones intensas y no controlables ya que, inmediatamente desaparecen tensión, nerviosismo, angustia pero, hay que sustituirlos poco a poco por el autocontrol de lo contrario, nos convertiremos en adictos a este tipo de fármacos. El fármaco solo, sin terapia, no resuelve nada.

En ningún caso reniego del uso de ansiolíticos para tratar desequilibrios emocionales del tipo de la ansiedad, pero si insisto que, su uso sea en las situaciones de mas ansiedad y acompañada siempre de terapia psicológica para aprender a manejar esta emoción. Debemos aprender, que es normal sentir dolor ante ciertas situaciones y esforzarnos en tolerarlo.

Con muchísima frecuencia acuden a consulta, personas que llevan años tomando ansiolíticos sin haber resuelto su problema de ansiedad y sin poder dejar de consumir estos fármacos. Ya las pastillas no le causan el mismo efecto y sin embargo, cuando van a retirarlas, notan un bajón emocional. Dependencia.

Recuerda que:
-Es normal que te preocupes por buscar una solución ante el malestar que provoca la ansiedad pero, en muchos casos la opción más fácil, no es la más correcta. La toma de pastilla tan solo alivia el malestar y a ti, lo que te interesa es, aprender a manejar esas emociones para así, controlarlas siempre. El tratamiento farmacológico debe estar siempre acompañado por un tratamiento de tipo psicológico para aprender y entrenar técnicas cognitivas, conductuales y de relajación de la activación fisiológica.

-El tratamiento farmacológico, debe estar prescrito y revisado cada mes o dos meses por un psiquiatra.

-Olvida la automedicación. Que a otro le haya ayudado ciertos fármacos, no quiere decir que contigo vaya a funcionar de igual manera. No juegues con la química.

Si pides ayuda, pídela de forma correcta y no te dejes llevar por lo cómodo.

*PSICÓLOGA
tamaraconsulta@gmail.com