Manuel Domínguez, ayer, durante la presentación a los medios de su idea del Cabildo de Tenerife. / SERGIO MÉNDEZ
Un Cabildo más fuerte y transparente en el que los alcaldes sean los que expongan sus necesidades a la Corporación y no al revés; o una institución que apoye nuevas industrias para que tiren del empleo, como por ejemplo impulsando la construcción de una astillero en Santa Cruz, son algunas de las ideas que el candidato del PP a la presidencia del Cabildo de Tenerife, Manuel Domínguez, tiene para la administración insular, a la que, dice, quiere alejar de “personalismos” apostando por convertirla en “un nodo de comunicación”, entre ayuntamientos y los Gobiernos nacional y regional.
Para lograr lo que propone, se ha marcado una serie de hitos por los que ha de pasar su gestión. Entre ellos, apuesta por la reactivación del Consejo Insular de Alcaldes de Tenerife (CIAT), un órgano que ya existe y que apenas tiene funciones. “Se trata de realizar reuniones periódicas para alcanzar acuerdos para ser llevados al Cabildo y que, al menos una vez al año, se plantee algo similar al Debate del Estado de la Nación pero sobre la Isla”. A esto se suma la propuesta de Domínguez de realizar unos presupuestos participativos. “Quiero que los 31 alcaldes acudan a los plenos insulares para que sean ellos los que expliquen cuáles son las necesidades de su municipio”. Unas sesiones a las que, aseguró, “al menos una vez al año, invitaremos al presidente regional y al delegado del Gobierno para que a su vez nos detallen sus propuestas”.
Santa Cruz
El candidato del PP también quiso dar su visión sobre lo que necesita Santa Cruz como capital porque “aunque no es competencia del Cabildo, algo tendrá que decir el presidente sobre el rumbo que toma la ciudad”. Lo primero que Domínguez quiere para la capital es “recuperar el mar”. Para ello, dijo el también alcalde de Los Realejos, el Cabildo tiene que hacer ver a otras administraciones la urgencia de terminar la estación de cruceros: “No pueden visitarnos miles de turistas y ser recibidos de forma tan precaria”. El segundo de los puntos es hacer al puerto más competitivo. “Hay que bajar el precio del agua y las tasas porque cientos de buques se están marchando a otros lugares por lo caro de las tarifas”. En cuanto al proyecto puerto-ciudad de Herzog y Meuron, que consideró “demasiado ambicioso” y sobre el que dijo además que “se ha explicado poco”, señaló que “habrá que buscar la forma de terminarlo una vez que ya se ha puesto en marcha”.
La última de las propuestas, ya no solo para la capital, sino para toda la Isla, es apostar por la instalación de un astillero. “Tenemos que apoyarnos en la industria para tirar del empleo, y no hablo de la que genera humos sino de áreas específicas como esta”. “Nos convertiríamos -continuó- en un punto de referencia y nos daría una ventaja competitiva”. Este proyecto, al parecer, ya está caminando, buscando una posible ubicación.
No a los trenes
Frente a las propuestas, también tuvo palabras para lo que considera innecesario en este momento, como por ejemplo el proyecto de los trenes. “Eso no es lo que necesita Tenerife ahora, cuyas necesidades pasan por los hospitales o la solución al problema de atascos de la TF-5”, dijo. Reconoció que ha sido defensor de los trenes, “pero ahora la ciudadanía necesita de proyectos como el del puerto deportivo de Puerto de la Cruz”. En cuanto a la sobredimensión del Cabildo y sus empresas, admitió que no le gusta que la Corporación tutele a empresas privadas porque “soy defensor del libre mercado y la libre competencia”. “Las administraciones no estamos para crear puestos de trabajo sino para fomentar la inversión privada que cree empleo de manera estable”, añadió. Aclaró que no van a cerrarse las puertas y dejar a gente en la calle, pero sí propuso convertir las empresas cabildicias en “viveros de formación para los jóvenes que terminan sus estudios y necesitan adquirir experiencia”.
En cuanto a si cree que hay desequilibrios entre municipios, también consideró que son evidentes: “Tenemos que insularizar las políticas de empleo, los fondos que vienen del Gobierno de Canarias tienen que ser gestionados por los cabildos”.
Defensor de la industria como fuente de empleo, aseguró que hay que fomentar las de tipo agroalimentario y la que liga turismo y deporte. “No debemos tener miedo a diversificar y teniendo un zona de especial desarrollo, única en España, como es la de Granadilla, en la que se pueden instalar empresas con incentivos fiscales del REF, debemos aprovecharla y traer nuevas industrias”, concluyó.
Lejos de los personalismos, así define el candidato del PP su apuesta por los proyectos del Cabildo insular. Quiere “patear la calle y estar menos en las redes sociales”, en clara alusión a la activad desarrollada por el actual presidente, Carlos Alonso, en los medios de comunicación social. El discurso del candidato popular apuntó hacia la consecución de objetivos concretos. Así, definió al Cabildo como un “nodo central de comunicación”. “Si las cosas se plantean así, será más fácil ver las necesidades de la ciudadanía”.
Manuel Domínguez quiere un Cabildo “alejado de los paternalismos” y que, a través del contacto con los ayuntamientos, “establezca las prioridades, sin diferencias entre municipios por el color político que los gobierne”. El candidato además avanzó que apuesta porque la institución insular “asuma la acción directa de aquellos servicios que los ayuntamientos no puedan llevar a cabo”, sin especificar a qué tipo de servicios se refería.