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Los celos – Por Wladimiro Pareja Ríos

   

Manolo y Marina son una pareja de mediana edad que acude a la consulta motivados por las reacciones desproporcionadas y violentas de él; cuentan el episodio de este fin de semana en el que salieron a cenar y ante las atenciones del camarero, Manolo comenzó a interpretarlas como un intento de coquetear con su mujer, cada vez se mostraba más tenso y ausente; a continuación y bajo esta presión, se fueron a bailar, y ahí sucedió lo que se veía venir: otro hombre se fijó en Marina (solo la miró, cosa normal en un pub) y la reacción de su marido fue agredir a la otra persona sin mediar palabra. Manolo cree ver en todo hombre intenciones ocultas. Interpreta todo como potencialmente amenazador, tiene miedo a ser reemplazado y se compara constantemente con el otro. Definimos los celos como una respuesta a una amenaza (real o imaginaria) que se cierne sobre una relación. Hay reacciones físicas (sudoración excesiva, taquicardia, problemas para conciliar el sueño…), emocionales (pena, miedo, rabia, humillación…) e intelectuales (pensamientos de venganza, pensamientos de inferioridad, resentimiento, posesividad…). Deberemos también distinguirlos de la envidia. Para Ayala Malach Pines, esta “es el sentimiento de enfado porque otra persona posee y disfruta algo deseable”. Los celos, por su parte, “se relacionan principalmente con un amor que el individuo siente que le corresponde y le ha sido arrebatado, o bien está a punto de serlo”. Por lo tanto, la envidia estaría conectada con no tener “algo” y los celos, al revés, con tener “algo”, y conciernen a la relación de la persona con por lo menos otras dos personas. Nos parece relevante además, como se recoge en diversos manuales, diferenciar entre celos normales y anormales: Mientras que los celos normales son una reacción defensiva que puede salvar un matrimonio, los celos anormales son una obsesión destructiva que daña a las personas y las relaciones entre ellas. Aquellos que ven una amenaza aun cuando no exista ninguna, son “anormalmente” celosos (la persona celosa es incapaz de deshacerse de los pensamientos vinculados a la infidelidad de su pareja); los hay también que no ven una amenaza aunque ésta sea evidente, pues son anormalmente “no celosos”. Un estudio conjunto entre universidades holandesas y españolas arroja que existen características universales que provocan celos en los dos sexos, pero que estas diferencias están filtradas por la cultura en la que las personas están insertas. Los rasgos de personalidad que la persona celosa presenta son: inseguridad y dependencia emocional, desconfianza hacia los demás, baja autoestima -los sentimientos de inseguridad le llevan a creer fácilmente que los demás valen más que ellos-, introversión y carencia de habilidades sociales. Todos estos aspectos habrá que trabajarlos para ir solucionando los celos. Deberemos prestar atención a la frecuencia con que aparecen los celos en la relación, pues si son frecuentes o permanentes desgastan a la pareja con sus reproches, reclamos de atención constantes y exigencias. Atenderemos también a la tendencia a controlar todo lo que hace el otro, hemos de observar las conductas de aislamiento propio y de la pareja, por la creencia de ver un mundo oculto de intenciones. Un tipo de abordaje a esta problemática irá enfocado a deshacer en la persona que lo sufre su necesidad de control y supervisión del otro, de tal forma que pueda aguantar la incertidumbre de no saber en cada momento qué es lo que hace y dónde está, que aprenda a tolerar el malestar derivado de no estar supervisando a su compañero/a y así poco a poco hará frente a lo que está ocurriendo, siendo cada vez más dueño de sí mismo y saneando en fin la relación.