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Charrúas al poder

   

MARTÍN – TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

Los dos uruguayos del equipo blanquiazul, Diego Ifrán y Maxi Pérez, lograron ayer los goles de un nuevo triunfo del CD Tenerife, un equipo que sigue imparablemente su escalada clasificatoria. Tras seis semanas consecutivas sumando (tres victorias consecutivas en el Heliodoro), los blanquiazules ya se distancian a siete puntos de los puestos calientes de la clasificación.

Ayer se pusieron el mono de trabajo para superar a un correoso Osasuna que batalló, aunque en contadas ocasiones hizo de verdad peligrar el triunfo de los locales.

Ambos rivales ofrecieron un partido impropio de dos conjuntos metidos en problemas y casi con el agua al cuello. El encuentro fue muy entretenido, apenas bajó de intensidad e, incluso, tuvo dosis de buen juego que supieron disfrutar los poco más de siete mil valientes que se atrevieron a ir al campo.

La lluvia hizo acto de presencia durante gran parte de la tarde-noche santacrucera, pero los aficionados que no se amilanaron por la climatología, ni por la cercanía horaria del super clásico Barça-Madrid, disfrutaron de un choque apasionante.

Empezó mandando el Osasuna. A los seis minutos David García mandó un balón fuera tras adelantarse a la defensa en un lanzamiento a balón parado. Suso ofreció la réplica para el Tenerife. El de Taco subió el balón hasta el fondo, pero su pase de la muerte lo cortó la zaga los navarra antes de que Ifrán rematase. No pasaba nada, el uruguayo se tomaría la revancha poco después.

Antes de eso, el Osasuna disfrutó y malogró la ocasión más clara de todo el partido. Se marchó bien por la banda Cedric, quien cedió a Merino. El osasunista, libre de marca, se encontró solo ante Dani. El meta hispano-venezolano, al más puro estilo de un portero de balonmano, realizó una providencial parada que evitó lo que claramente era el 0-1. Y de lo que era claramente que los locales lograsen ventaja, se pasó al gol de los tinerfeñistas. Caminaba el partido por el minuto 34. Suso Santana puso un centro desde la banda derecha que no atajó correctamente Riesgo. Erró en el despeje el portero y, tras un rebote en el pecho de Juan Carlos, Diego Ifrán se encontró con un balón que remató a placer, convirtiendo así su noveno gol del curso.

El paso por el túnel de vestuarios generaba dudas. ¿Volverían al campo los locales con la intención de aguantar el resultado? Nada de eso. Agné tiene claro lo que quiere para su equipo y así se los ha transmitido. Sus ideas ya calan en la mentalidad de unos jugadores que pudieron ampliar la ventaja al poco de reanudarse el encuentro.

Minuto 51. Aitor ofrece una asistencia magistral a un Maxi veloz. El uruguayo salvó un balón casi perdido, cediéndolo atrás a su compatriota Ifrán. Según le llegó, el pichichi pegó al esférico, con la mala suerte de que se estrelló en el larguero. El rechace tampoco lo pudo convertir en gol Juan Carlos. Una gran jugada que se fue injustamente al limbo.

Justamente Juan Carlos, en el minuto 64, cuando más arreciaba la lluvia sobre la capital, fue el primer relevo de Agné, quien dio entrada a Cristo Martín. El canterano le dio mayor verticalidad al ataque insular.

Tras el buen inicio tinerfeño, los pamplonicas fueron creciendo poco a poco en el campo, empujados probablemente por los cambios ofensivos de su entrenador. Entonces los de Agné pasaron ciertos momentos de apuros, pero la entrada de Cristo Díaz equilibró nuevamente el medio del campo.
El Tenerife aumentó su ventaja en el minuto 85. Enorme asistencia de Cristo Martín que remata de cabeza, picado y al segundo palo, Maxi, poniendo el 2-0 en el videomarcador.

El partido estaba resuelto, o eso parecía. Los últimos minutos tuvieron algo de picante cuando Nekounam transformó un penalti que Cristo Díaz cometió sobre Nino. De resto, el Osasuna no mereció nunca el empate.