Paulino Rivero y su Gobierno, al inicio de su reunión de ayer en Santa Cruz de Tenerife. | DA
DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife
El Consejo de Gobierno ejecutó ayer la promesa estrella que su presidente formuló el martes durante el último debate anual de política general de la octava legislatura. En efecto, ya están en circulación los 31,6 millones de euros sacados de la hucha del ahorro de intereses, con destino a gasto social, empleo e inversión. Al tratarse de una modificación del presupuesto de la Comunidad Autónoma y no de una ampliación del crédito, este acuerdo queda liberado del engorroso trámite parlamentario a menos de dos meses de la disolución de la Cámara.
Con una pequeña variación al alza respecto del anuncio de Paulino Rivero, la mayor dotación corresponde a la sanidad. En concreto, 12,6 millones irán a infraestructuras y la renovación de equipamiento. En educación, los cuatro millones extras están reservados al acondicionamiento de centros docentes de las Islas. Para carreteras son 5,5 millones. Algo menos, 3 millones de euros, se consignan al fomento del empleo mediante “programas específicos” dirigidos a promocionar el emprendimiento. Además, los sectores agrícola y ganadero se beneficiarán de un pellizco de 2,5 millones que se meten en la saca de las ayudas adicionales del Posei (mecanismo de la UE de compensación por la lejanía y la insularidad).
La inyección presupuestaria también pincha en la fibra sensible de la Prestación Canaria de Inserción (PCI), que recibirá una aportación de cuatro millones de euros. Con esta mejora, la asignación para 2015 asciende a los 35 millones. El miércoles, el Legislativo aprobó por unanimidad una propuesta de resolución del PP por la que se insta al Ejecutivo a que garantice el abono de la PCI durante el año completo, de manera que las personas implicadas no se queden con una mano atrás y otra delante a medio camino. En enero ya se dio un paso al frente con la reforma de la norma reguladora de la PCI, que rebaja de seis a dos meses el plazo para rescatar a familias en exclusión social o en riesgo. Aunque hubo consenso, tampoco faltaron los reproches.