Embarcados en una tormenta de dimes y diretes; mayores, tormentines, rizos, rumbos, cartas, timones y otros. No porque España, Canarias, Tenerife, y la isla de San Borondón hayan caÃdo en manos de unos locos sin carnet que judicializan la polÃtica y la vida, que politizan, o lo intentan, la justicia, que quieren impartir lecciones de moral destruyendo por donde pasan sus caballos para que no crezca una sola brizna de hierba más, con la sola finalidad de hacerse una vez más, primero con el poder y luego con la pasta. No porque algunos funcionarios -pocos- hayan hecho y hagan de polÃticos a su libre albedrÃo porque los que tienen que hacer polÃtica ni saben ni quieren saber -pocos-, eso sÃ, dan codazos para coger la posición mejor que el legendario Dino Meneghin. El problema es que esos -pocos- polÃticos y funcionarios, no hacen sino ruido, lo peor es que no dejan hacer nada.
Este paÃs se transforma y se abre al mundo con nuevas órdenes polÃticas, y formas de hacer polÃtica. Algunos han vivido y quieren imponer un nuevo mundo libertario, falso asambleario y populista a lo Aguirre ¿Qué quieren oÃr? Pues dos tazas, y, luego hago lo que me de la real gana sin encomendarme ni a dios ni al diablo y punto. Democracia cheli y castiza a la española de toda la vida.
El experimento comienza el próximo domingo en AndalucÃa, mientras tanto, el resto; fans y hooligans de la polÃtica española van al baúl de siempre, cogen el mapa de posiciones y los venenos, y, a darle gusto a sus serranos cuerpos. Por AndalucÃa se pasean todos los de Madrid, muchos debÃan quedarse en casa.
El primero en desenfundar siempre es Turpin Campos, se mete en todas. No hace mucho lo escuché hablar de los de Podemos, parecÃa su delegado en la isla, puso a parir a Sabaté.
Pocos dÃas después llevado de la mano de César en su radio, mis respetos, se dio gusto con RÃos con su pertinaz ira de godo. Pocos periódicos después me encontré con Coll, la secretaria insular del Consejo Ciudadano de Podemos tinerfeño, dejó claro que los que pueden no quieren a RÃos, el pensador independentista de Paulino y su segundo José Miguel, no irá a las primarias del partido en que pudo afiliarse en grado de casto golfo.
En la radio de César, oà a un gran amigo de RÃos, lo único que no comparte con él es su radical independentismo. Va a pesoear solo, es decir hacer lo que le venga en gana como siempre, poner y quitar medallas a su gusto, Y, eso que aquà no ha empezado.
¡Bien les gusta estar! Respetuosamente, lean.