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CRISTÓBAL MARTELL PÉREZ-ALCALDE > PENALISTA CANARIO

“En España los ricos pagan impuestos y pagan bien”

   

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Cristobal Martell Perez-Alcalde 2

Fotos: Sergio Méndez

Hoy por hoy es el número uno. Entre los clientes de Cristóbal Martell Pérez-Alcalde figuran astros mundiales del fútbol como Leo Messi o del propio FC Barcelona en el caso Neymar, pero también del mayor de los hijos de Pujol, el expresidente culé José Luis Núñez, del magnate Javier de la Rosa o de Marco Antonio Tejero, el cuñado del exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres. Cuando el pequeño Nicolás dijo ir en nombre de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría quiso mediar con los Pujol, entendió que su interlocutor válido era nuestro protagonista. Hijo de grancanario de Valsequillo y de chicharrera, aprovecha estos días para saludar a sus primos. Tras deleitar a los asistentes a la Jornadas sobre delitos de corrupción organizada por el Colegio de Abogados tinerfeño, Cristóbal Martell Pérez-Alcalde atiende a DIARIO DE AVISOS.

-Raíces canarias, afincado en Barcelona pero en realidad usted nació en Caracas…

“Por casualidad, pero así fue. Lo de Barcelona es que fui a estudiar la carrera y [entre risas] ¡no me dejaron volver!”.

-¿Es verdad que destacó tanto en la facultad que lo contrataron antes de terminar la carrera?

“Lo cierto es que empecé a trabajar en el Departamento de Penal de la facultad, allí enganché con el catedrático de la signatura y cuando montó un despacho me fui con él”.

-Y, poco a poco, hoy cuenta con esa clientela tan llamativa, plagada de conocidos políticos, empresarios y futbolistas de postín…

“Es una clientela que sale en la foto, pero trabajar hemos trabajado siempre igual”.

-¿Cómo lleva tanta fama? El año pasado tanto El País como El Mundo sacaron sendos reportajes sobre su figura y catalogándolo como el abogado de moda, pero ni tan siquiera su despacho de abogados cuenta con página web.

“Todo esto dificulta extraordinariamente el trabajo porque genera una prevención en quien te escucha. Cuando ahora me dirijo a un juez, a un fiscal, a un funcionario de un juzgado, a otro abogado… Me reciben a la defensiva, con prevención, insisto”.

-¿Teme a los prejuicios que puedan devenir de tanta fama?

“Es que el trabajo de la Abogacía debe ser un trabajo discreto, silencioso, a desarrollar en despachos o en bibliotecas… Todo esto de estar bajo el foco a la gente no le gusta… ¡Y a los clientes menos!”.

-¿A qué se refiere cuando dice que a sus clientes no les gusta que usted sea famoso?

“A los clientes lo que les gusta es tener perfil plano y no salir en la foto”.

-¿Y cómo lleva ahora lo de ser, por ejemplo, el abogado de Leo Messi, una persona mundialmente conocida cuya marca genera millones y millones gracias precisamente a la publicidad?

“Imagínese. A mí siempre me gustó decir que tenía perfil bajo, y por otra parte a mi cliente no mediático el hecho de compartir abogado con un cliente mediático no le gusta, lo ve mal, porque entiende que le relacionan con… Para el grueso del despacho, para el grueso de mi clientela no es positivo que yo me signifique con clientes notables”.

-Tiene fama de ser un abogado que siempre busca el acuerdo, que tiende a la conciliación. ¿Qué hay de cierto en ello?

“Es así, y tiene que ver con mi manera de ser también. Busco la convergencia, el entente, el consenso, siempre es mejor. El abogado, si evita el conflicto, mejor. Es mejor evitar el conflicto que solucionarlo. Si ves llegar el conflicto no mejor es arreglarlo fuera de los tribunales, y si no puede ser también se puede seguir intentando alcanzar algún punto de encuentro. Sobre todo porque no se debe esperar a ese resultado incierto que es una sentencia. Si se puede, lo ideal es llegar a un pacto aunque sea a mitad del partido”.

-¿Facilita realmente nuestra legislación esa tendencia suya a llegar a un acuerdo?

“Sí. Pero no de ahora sino de siempre. Nuestra legislación histórica, ya desde la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1870, contemplaba la conformidad como institución donde fiscales y abogados defensores convergen en un relato de hechos, un autor y una pena, y lo conforman. Por eso recibe el nombre de instituto de conformidad. Siempre existió. Las últimas reformas lo potencian, y desde luego es un terreno que hay que explorar. Sobre todo porque compras seguridad, compras certeza”.

-Como parte de su trabajo diario, la fiscalidad es una materia imprescindible. Durante su intervención en las Jornadas del Colegio de Abogados se mostró crítico con la reforma impulsada por el ministro Cristóbal Montoro…

“Ojo. Quiero ser claro en este aspecto. Aplaudo la legislación Montoro en cuanto tiene de vuelta al Derecho ya que facilita la entrada de capitales al sistema productivo. Otra cosa es que en la técnica legislativa pudieron haber sido más finos”.

-¿Podría concretar en qué aspectos entiende que adolece la ley de Montoro desde la perspectiva técnica?

[Medita durante unos segundos] “Por ejemplo pudieron haber resuelto con todas las letras la relación entre delito fiscal y blanqueo de capitales, porque tal y como está redactado ahora mismo queda cierto margen para la interpretación”.

-¿Se refiere por ejemplo a que los datos aportados por los que acogieron a la llamada amnistía fiscal pueden ser utilizados contra ellos por blanqueo de capitales?

“Pueden ser utilizados contra ellos en casos de blanqueo respecto de fondos no tenidos como delito fiscal. Me explico: sólo si trata de fondos que se pretenden blanquear y que proceden de delitos que no son fiscales”.

-Usted es la persona ideal para saber la respuesta a esta pregunta. ¿Es cierto, como entiende el ciudadano de a pie, que los ricos en España no pagan impuestos o pagan mucho menos de lo que les debería corresponder?

“No es verdad”.

-¿Pagan entonces?

“Pagan. ¡Y pagan bien! España es un país que aprieta y aprieta mucho porque la inspección funciona, y la gente lo sabe. Por eso insisto: en España los ricos pagan y lo pagan bien”.

-Pero muchos tienen fondos fuera de España, y es sabido que se utilizan los paraísos fiscales…

“Vanos a ver. Que los fondos estén en el exterior, incluso cuando están en paraísos fiscales, no implica que sean fondos procedentes de actividades delictivas o que sean opacos. Las grandes compañías lo hacen, o sin ir más lejos los productos financieros del BBVA o del Banco Popular son fondos lícitos cuyos titulares los tienen declarados en España y que se encuentran depositados fuera. Porque tener el dinero en un paraíso fiscal no quiere decir que esos fondos o sus rendimientos no se declaren en su renta aquí. Es un equívoco habitual que es bueno aclarar”.

-Sólo una cosa más. ¿Qué opinión le merece desde la perspectiva de la fiscalidad la Zona Especial Canaria?

“No me atrevo a opinar. No conozco lo suficiente”.