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Feliz Día de la Felicidad – Por José Juan Rivero

   

En muchas ocasiones pensamos que ser feliz es como quien recibe el golpeo de una brizna de aire, como si la brisa del aire que respiras se hiciera en ese momento más presente, pensamos entonces lo gratificante que es sentir, pensar en ella y hasta recordarla, simplemente por poder revivir su sensación. Sin embargo experimentar la felicidad es más complejo ya que implica vivir potenciando en nuestra vida una serie de variables que si las mezclas adecuadamente no solo parecería que hiciese viento, sino que sentirías el aire en cada momento de tu vida.

Hoy los estudios nos muestran dos cosas a la vez, primero que podríamos vivir de golpes de felicidad, pero que hasta a eso se acostumbra uno, y segundo, que somos los únicos responsables de mejorar nuestro bienestar e implementar la felicidad en nuestras vidas, pero no cualquier modelo de felicidad, sino que tenemos que ir más allá, ya que sí importa lo que hagamos con nuestro pensamiento, y las emociones que pretendamos vivenciar, pero además, debemos de hacer algo más, debemos de dotarnos de competencias vitales.

Pero hablar de felicidad no es una utopía, es el objetivo, en mayúsculas, de toda persona en la vida, tanto es así que el 19 de julio de 2011 las Naciones Unidas publican la resolución 65/309, con el nombre: La Felicidad hacia un enfoque holístico para el desarrollo, aprobada por unanimidad. Asimismo, como a la resolución 66/281 del 12 de julio de 2012, titulada Día Internacional de la Felicidad, que insta reconocerla como objetivos y aspiraciones universales en la vida de los seres humanos de todo el mundo y la importancia de que se reconozcan en los objetivos de las políticas públicas. Asimismo, se insta a que los gobiernos vean la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos. Como vemos, esto implica un cambio en todos los niveles, desde lo personal a lo comunitario, desde la infancia en nuestros centros educativos a implementar programas de padres y madres, e incluso en el diseño de las políticas económicas y sociales de las comunidades, poniendo énfasis en la proyección de nuevos modelos de éxitos que potencien una felicidad más sostenible. Feliz Día de la Felicidad.

*Psicólogo y miembro de la Sociedad Española de Psicología Positiva
@jriveroperez