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Que hable el silencio – Por Indra Kishinchand

   

Las cosas que nunca (te) dije se podrían resumir en una: miedo. Todos temían al silencio y yo lo apreciaba de tal modo que empecé a observarlo como amigo fiel, dulce compañero en noches de insomnio, y de noches en general.

Después hablé tanto como me estuvo permitido; solo para disimular que mis palabras carecían de sentido. Alzaba la voz en todas las estaciones e invitaba a los pasajeros a caer en la tentación del compromiso.

Una de las cosas que nunca (te) dije es que tuve miedo de hacer(nos) daño y acabé por no hacer nada. Caminé como si nadie pudiera destruirme y me encontré en un aeropuerto corriendo entre recuerdos.

Creí que no existía el dolor y me topé con mi reflejo en un espejo roto. Pensé que superaría los besos con los versos y finalmente la verdad llegó en forma de papeles en blanco y tinta derramada.

De las cosas que nunca (te) dije sin duda de las que más me arrepiento es “calla”. Cállate ahora que todos sabemos que no hay nada que decir. Cállate y alivia el peso de la vida y de las palabras. Cállate y olvida. Calla ahora y sufre para siempre.