Hoy en dÃa cuando se hace referencia a la palabra fuerza la mayorÃa de las personas lo relaciona directamente con cachas de gimnasio, levantar pesos desorbitados, culturismo…, y no es asÃ. Simplemente, fuerza es la capacidad fÃsica básica que nos permite generar tensión intramuscular frente a una resistencia, independientemente de que se genere movimiento o no. El entrenamiento de la fuerza debe realizarse desde la infancia hasta la vejez, pasando por el sedentarismo, obesidad, diabetes tipo II y embarazadas. Hasta hace unos años existÃan muchas falsas creencias entorno a la cuestión del entrenamiento de la fuerza en niños. En la actualidad la evidencia cientÃfica es clara acerca de sus beneficios, debidamente prescrita y supervisada. En niños y adolescentes puede mejorar la salud músculo-esquelética, la condición fÃsica y el rendimiento motor. Se puede realizar de forma lúdica en juegos de trepa, tracción, autocargas y, según el desarrollo, con cargas externas del 30%.
Una vez siendo adultos, la mayorÃa se convierte en sedentarios debido a la carga de trabajo a la que se someten y a la zona de confort. ¿Cuántas personas conocemos que han tenido o tienen problemas de espalda o cervicales? La principal causa está relacionada con mover objetos pesados, con el hecho de permanecer sentado o de pie muchas horas, lo cual provoca mantener posturas incorrectas. Antiguamente, una persona sufrÃa algún dolor, acudÃa al fisioterapeuta y tras el tratamiento volvÃa a realizar su actividad diaria normal, y con el tiempo volvÃa a sufrir la misma lesión. Cada vez más personas se preguntan el por qué y es entonces cuando han de darse cuenta de que no tienen la musculatura preparada para desempeñar el trabajo y tienen que ponerle remedio.
Otra población importante, y a la vez abundante, es aquella que sufre obesidad o diabetes tipo II. Existen numerosos estudios que garantizan que seguir una dieta para perder peso y un programa de ejercicios basados en la fuerza aumenta considerablemente los beneficios: disminuyendo la pérdida de masa muscular, incrementa la fuerza, la flexibilidad y puede mejorar la presión arterial, los niveles de colesterol y triglicéridos.
En la mujeres embarazadas existe un creencia popular que las trata como convalecientes, con protección singular y desaconsejándole realizar cualquier tipo de esfuerzo. Al contrario, existen más que evidencias sobre la seguridad, idoneidad y beneficios que puede reportar el ejercicio durante toda la gestación. Son muchos los cambios morfológicos que generan un desequilibrio postural, debido al adelantamiento anterior del centro de gravedad. El trabajo va a aliviar el dolor y facilitar la recuperación post-parto. Incluso, podemos destacar que un embarazo activo fÃsicamente favorece el desarrollo cerebral del bebé.
Por último, y no por ello menos importante sino todo lo contrario, la vejez. El trabajo de la fuerza es necesario para realizar cualquier actividad diaria. Voy a contarles un caso real que me pasó hace unos años. Resulta que iba a empezar a entrenar a un señor de 72 años y al realizarle una entrevista con los diferentes aspectos a valorar me comunica que el médico le ha prohibido realizar sentadillas y peso muerto. Ante esto me quedé perplejo y me hizo pensar. Le pregunté que si el hacÃa la compra, a lo que me contestó que sÃ; que dónde la realizaba y me contestó que el supermercado que se encontraba a cinco minutos andando. Mi cuestión al médico fue: si va cargado con dos bolsas, llega a la puerta de su casa y ha de dejar la compra para poder sacar las llaves…¿No estarÃa realizando un peso muerto? A la semana obtuve una disculpa del médico y su autorización para poder llevar a cabo los entrenamientos.
*Director deportivo de la Universidad Alfonso X el Sabio
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