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Lo malo es que todo sigue igual – Por Xuáncar

   

Han pasado ya cuatro años y medio desde que me decidí a emprender una nueva aventura profesional, dejando Canarias e instalándome en Madrid. Sin embargo, nunca he tenido la sensación de haberme ido del todo; al contrario, me siento tan cerca como siempre de mi tierra y, de hecho, son frecuentes mis idas y venidas a las Islas.

DIARIO DE AVISOS, en esta nueva etapa impulsada por ese gran generador de proyectos que es el empresario audiovisual Lucas Fernández, me da la oportunidad de opinar cada semana de todos aquellos temas que a mi juicio puedan resultarles de interés a los lectores del decano de la prensa del Archipiélago. Y eso es, precisamente, lo que voy a hacer a partir de este domingo.

Cuatro años y medio después, compruebo que el impacto con el que ha golpeado la crisis en las Islas es algo que nos desnuda y hace muy visibles nuestras vergüenzas. Que con menos crecimiento económico haya menos empleo, incluso destrucción del mismo, pudiera parecer normal. Que con menos dinero en los bolsillos, los precios caigan para que las compras no lo hagan, también puede considerarse normal. Pero la intensidad con la que ha ocurrido o que se sigan tirando los trastos a la cabeza entre las administraciones públicas, responsabilizando siempre a un tercero de nuestros males, más que normal, parece endémico y resulta extraordinariamente frustrante.

¿Cómo es posible que tras toda la experiencia acumulada en una norma crucial como es el REF, tengamos la sensación de que siempre se empieza desde cero? ¿Qué credibilidad tienen los que prometen creación de miles de empleos en Canarias cuando nuestras colas del paro no menguan desde hace mucho tiempo? ¿Cómo podemos sentirnos orgullosos de que asentamos los pilares para un futuro mejor si la poca riqueza que se crea no llega a la inmensa mayoría? Y lo más importante, ¿cómo sentirse dignos de una clase política que centra básicamente su lucha en perpetuarse en los cargos en lugar de resolver los problemas de la colectividad? Las mismas caras repitiendo los mismos discursos y esperando cada cuatro años recaudar los votos suficientes que les sirvan para seguir vendiendo que están ahí para servir a los demás cuando en realidad han convertido la política en su modus vivendi por los siglos de los siglos…

Ya les digo, hace más de cuatro años que no estoy de forma permanente en esta tierra, pero cuando vuelvo -y lo hago con cierta asiduidad- veo que en muchos aspectos las cosas apenas han cambiado, produciéndose en mi la sensación de no haberme ido nunca.

@JCXuancar