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Un modelo por y para las personas – Por Leonardo Ruiz del Castillo*

   

Hablar de exclusión social y pobreza se ha convertido, en los últimos tiempos, en algo demasiado frecuente. Desgraciadamente, casi a diario tenemos que referirnos a las desigualdades sociales y al drama que miles de familias están sufriendo como consecuencia de una crisis originada no por la situación económica que vivimos, sino por el modelo socio-económico que ha imperado durante estos años. En Canarias existen 603.000 personas que se encuentran en situación de exclusión social y la desigualdad social en las Islas ha aumentado un 11,1% en los últimos cinco años. Los rostros de la exclusión y la pobreza no sólo los encontramos en los comedores sociales. Ahora los tenemos en los propios hogares, donde se han dejado de pagar los recibos del agua, la luz, el gas y, lo que es más preocupante, donde no hay recursos para la alimentación y los medicamentos.

Desde Cáritas Diocesana ya alertamos de la situación durante la presentación del VII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo social 2013, cuando recordamos que algo más de 650.000 personas en Canarias estaban bajo el umbral de la pobreza y en riesgo de exclusión social antes de que se iniciase la crisis económica, en torno a 2007. Además, no hay que olvidar que los últimos datos de Unicef reflejan que existen 136.000 niños en las Islas bajo el umbral de la pobreza, y que Canarias está a la cabeza de las comunidades autónomas en índice de pobreza familiar, según un informe presentado recientemente por Save the Children.

Por este motivo, es preciso trabajar para reducir estas tasas de pobreza. Con este compromiso y de cara a las próximas citas electorales, desde Cáritas en Canarias hemos hecho llegar a los partidos políticos el documento Hacia la construcción de un nuevo modelo social en Canarias, donde se recogen una serie de propuestas de actuación pública en materia de política social, con la intención de que nuestros representantes políticos contribuyan a superar las estructuras de desigualdad, vulnerabilidad, pobreza y exclusión social dentro de Canarias.
Desde Cáritas consideramos que existen varios ejes indispensables para activar las reformas estructurales que generen justicia social; fomenten la participación en los asuntos comunes; alienten la asunción ciudadana de responsabilidades sociales; hagan más transparente el ejercicio del poder; fortalezcan la democracia representativa; distribuyan la riqueza; protejan el derecho al trabajo como bien necesario para la conservación de la vida personal y familiar; busquen la integración social; y generen una sociedad cohesionada.

No puede ser que solo las familias sirvan de sustento y apoyo social a las personas que lo están pasando peor, cuando ese trabajo deberían realizarlo las administraciones públicas. De hecho, sabemos que el 74% de las personas en exclusión social en las Islas pueden acudir a un familiar para que les ayude a salir de la situación de emergencia, pero hay un 26% que no tiene ese apoyo y de las que no sabemos qué ocurre con ellas.

Por ello, los partidos políticos, ante estas próximas elecciones, deben primar en sus programas el desarrollo social ante el económico, a través de políticas universales de sanidad, vivienda, educación, empleo, redistribución de la riqueza y garantías de ingresos, como pensiones y rentas mínimas, así como fomentar una protección social basada en la eficacia de los servicios sociales públicos, que facilite la promoción y el empoderamiento de las personas. Además, hay que facilitar recursos económicos suficientes y en función del número real de personas que tienen derecho a esa protección social (que no se hagan parches para salir del paso), la ley que regula la Prestación Canaria de Inserción (PCI) y establecer una política fiscal adecuada.

Sólo así podremos avanzar en el objetivo de contar con un verdadero modelo social hecho por y para las personas.

*Director de Cáritas Diocesana de Tenerife