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SAN JUAN DE LA RAMBLA >

Los muertos se van a La Guancha

   

El cementerio de Mazapé, en la parte alta, ha sido mejorado recientemente y tiene una cripta . / DA

El cementerio de Mazapé, en la parte alta, ha sido mejorado recientemente y tiene una cripta . / DA

GABRIELA GULESSERIAN | San Juan de la Rambla

“Nuestros muertos se tienen que mudar a La Guancha”, sostiene una vecina de la parte alta de San Juan de la Rambla para protestar por el cierre de la cripta ubicada en la parte alta, hace unos tres meses. Desde entonces, muchos habitantes de esta zona y los grupos de la oposición, como PSOE y PP, reclaman este “derecho” de los ciudadanos de acompañar a sus seres queridos en el mismo municipio y con las mínimas condiciones porque además así está recogido en el decreto 132/2014 de Sanidad Mortuoria.

La localidad, que tiene una media de 35 fallecimientos anuales, según su alcalde, Tomás Mesa, cuenta con dos tanatorios, uno situado en la zona del casco, en San Juan, y otro en el cementerio del Mazapé, cerca de San José, en la parte alta, cuyas instalaciones fueron mejoradas hace poco tiempo por el Ayuntamiento. Este último “queda un poco retirado” del pueblo, a juicio de algunas personas. Una cripta privada cumplía el servicio, pero tuvo que cerrar por “inconvenientes en las instalaciones debido a las lluvias”, apunta Tomás Mesa.

“La cripta que está en el camposanto del Mazapé cuenta con cocina, cuartos de baño e incluso tiene la capilla al lado, pero los vecinos no quieren ir allí y tampoco bajar al tanatorio del casco, y no es por la distancia, porque el trayecto que hay hasta La Guancha es prácticamente el mismo”, manifiesta el regidor. “Es una decisión y también un capricho de ellos velar a sus seres queridos en el municipio vecino, porque aquí hay instalaciones”, subraya.

El mandatario local admite que cuando estaba la cripta “todo el mundo veía la puerta abierta y sabía si había fallecido alguien, pero ahora en La Guancha no ocurre lo mismo y si no es por el boca a boca, nadie se entera”. Por eso, está barajando anunciar este tipo de sucesos por el coche de megafonía.

No obstante, añade que existe un compromiso con el dueño de la funeraria para que a final de este mes esté operativa una nueva sala velatoria, situada al lado de la que había hasta ahora que está siendo debidamente acondicionada.

“El problema es que los de abajo no quieren subir y los de arriba no quieren bajar”, apunta el alcalde. Este tipo de situaciones hace pensar que las viejas disputas entre los vecinos de la parte baja y alta del municipio, que tuvo su punto álgido con el cambio de capitalidad del casco histórico del litoral al barrio de San José, en las medianías, todavía están latentes.