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Por qué me presento a rector – Por Antonio Martinón Cejas

   

En las próximas semanas elegiremos un nuevo Rector de la Universidad de La Laguna (ULL) y con él a un nuevo Equipo de Dirección. En estas circunstancias anuncio que presentaré mi candidatura a ese rectorado porque creo que puedo contribuir a poner en marcha una nueva etapa de la ULL, en la que desaparezca el desánimo y recuperemos la ilusión. Nuestra universidad no puede continuar así.

En primer lugar, debo decir que es momento de pregonar nuestro compromiso absoluto con la universidad pública, la única que puede garantizar el acceso a la enseñanza superior de la mayoría de la sociedad. Para adoptar esta actitud pesan en mí los valores que la Constitución proclama como los superiores del ordenamiento jurídico: la justicia, la igualdad y la libertad. Pero sean cuales fueren las ideas de cada uno, todos deberíamos tener en cuenta que no propiciar la enseñanza superior generalizada en un despilfarro económico y social.

Hoy la universidad pública está sometida a un ataque frontal. Me parece fundamental que defendamos la identidad de la universidad, con las características que son propias de nuestra institución, muy especialmente la autonomía universitaria, con independencia intelectual frente a los poderes políticos y económicos, para cumplir con eficacia la alta función social que tenemos asignada.
La candidatura no responde a una iniciativa meramente personal, sino que es fruto de una reflexión conjunta. Es preciso el compromiso personal, pero seguramente resulta más trascendente el colectivo, porque el rumbo que tome la comunidad debe ser obra de todas y todos. Por ello, hace algún tiempo un amplio grupo de universitarios de muy diferentes criterios, opiniones y tradiciones académicas hemos considerado imprescindible iniciar un cambio profundo y que yo lidere el proyecto con el apoyo más amplio de la universidad. Algo que asumo con gratitud, sentido de la responsabilidad y, también, con mucho orgullo.

Mi candidatura no es de ningún grupo claustral, ni de ninguna confesión religiosa, ni de ningún partido político, ni de ninguna asociación económica o empresarial. Pero cuento con el apoyo de universitarias y universitarios de todos los grupos claustrales, de diferentes opiniones religiosas, de distintas ideas políticas (Podemos, Partido Socialista, Coalición Canaria, Partido Popular)… También con el apoyo de personas que han sido participantes en diferentes equipos de gobierno de la ULL, en el pasado y en el presente. Con mucha satisfacción puedo decir que el apoyo crece entre el profesorado, el alumnado y el PAS.

Las tres facetas de un profesor universitario son la enseñanza, la investigación y la gestión, y creo que puedo decir que he tenido una actividad académica intensa en las tres, como mínimo similar a la de muchos otros. Mi prioridad absoluta en la universidad ha sido la docencia, la formación del alumnado. Por ello he prestado mucha atención a la elaboración de materiales para la enseñanza y a la divulgación de las Matemáticas. He entendido que la enseñanza de las Matemáticas es de gran importancia para la sociedad, lo que me ha llevado a mostrar de muchas maneras mi interés por la enseñanza, en todos los niveles. En este ámbito he dirigido la revista Números que edita la Sociedad Canaria Isaac Newton de Profesores de Matemáticas, y he participado en la fundación y dirección de la revista Unión, de la Federación Iberoamericana de Educación Matemática.

Por otro lado, mis investigaciones, reconocidas por cuatro sexenios, se han centrado tanto en el Análisis Matemático como en la Didáctica de las Matemáticas. He contado con diferentes proyectos de investigación, los resultados se han difundido en numerosas publicaciones y he dirigido varias tesis doctorales. Pienso que esta labor de investigación ha contribuido a mejorar también mi dedicación a la enseñanza.

Por último, en el marco de la gestión, debo indicar que he sido director del Departamento de Análisis Matemático, durante dos años, y Decano de la Facultad de Matemáticas, durante cuatro. No he asumido esos puestos de dirección académica para cumplir un trámite, ni para que las cosas siguieran igual. En esas responsabilidades he procurado siempre avanzar con el diálogo y el entendimiento, y creo haber conseguido que la gran mayoría del profesorado, de mi Departamento y de mi Facultad, se identificara con los procesos de mejora que puse en marcha. En estos momentos cruciales para nuestra universidad queremos marcar un rumbo que toda la comunidad pueda seguir y que sea capaz de devolvernos la ilusión. No renunciamos a los logros del pasado, pero tenemos la ambición de alcanzar una universidad mejor, de la que podamos sentirnos más orgullosos.

Para lograr ese sueño hay que cambiar. Cambiar cuesta mucho, pero no hacerlo cuesta mucho más. Para eso ha surgido esta candidatura, en la que se aglutina a la gran mayoría de nuestra Universidad en torno a una idea, a una visión estratégica y a un programa de gobierno.

Tenemos la idea de que nuestra universidad debe estar a la altura de los retos que plantean los nuevos tiempos y necesita un objetivo común: el logro de una buena universidad, una mucho mejor que la que hoy tenemos, con una enseñanza de muy alta calidad, con una investigación destacada, con un claro compromiso con la cooperación internacional y con una absoluta identificación con las necesidades e intereses de Canarias.

Necesitamos una visión estratégica a medio plazo, a quince o veinte años, que vaya más allá de lo que dura un mandato rectoral, de manera que lo que hagamos se enmarque en ese panorama y que las decisiones que se tomen nos orienten siempre hacia ese objetivo común.

Deseamos una ULL con visibilidad en España y en el mundo, respetada por las otras universidades y apreciada por la sociedad canaria. La internacionalización de la universidad será uno de los instrumentos importantes para asegurar una mejor universidad. La universidad es lo que las universitarias y los universitarios somos, por eso la incorporación de nuevo profesorado y de nuevo Personal de Administración y Servicios, debe producirse eligiendo a las personas más cualificadas.

Haremos colectivamente el programa de gobierno para los cuatro próximos años. No puede ser una suma de peticiones de intereses diversos, sino la materialización de la visión estratégica en el corto plazo. Desde la sociedad se nos exigirá más y desde los gobiernos nacional y autonómico se pretenderá darnos menos. Respondamos con audacia e imaginación a estos retos nuevos. Hay que huir de la tentación de atrincherarnos y permanecer inmóviles.

Tenemos que lograr una universidad transparente, en la que impere el diálogo y la tolerancia, con sincero afán de alcanzar acuerdos, en la que el respeto hacia todas las opiniones sea absoluto, en la que a nadie se le discrimine por pensar diferente.

Nos debe unir el futuro, aunque haya habido discrepancias en el pasado. En este proyecto caben quienes deseen mejorar nuestra Universidad y quienes estén dispuestos a superar las diferencias para centrarnos en lo importante: caminar hacia ese objetivo común que hemos definido y que nos une. Nada debe impedir que colaboremos en este proyecto.

Invito a todas y todos a sumarse a esta ilusionante tarea.

*CANDIDATO A RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA