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La práctica religiosa – Por Juan Luis Calero

   

Dice Jerónimo Saavedra que no solo es creyente sino que, además, practica el cristianismo católico con sus dogmas, liturgias, procesiones, inciensos, y todo el edificio de creencias que configura la Iglesia del papa Francisco. Un papa que ha incrementado con su presencia la asistencia a los templos que, según el conocido teólogo suizo Hans Küng, da mejores resultados que ir al gimnasio a diario y es mucho más barato. Él sabrá. Lo de Jerónimo Saavedra no me extraña porque ha tenido cintura a lo largo de su carrera política para sortear los obstáculos que le han puesto en el camino tanto propios como extraños; y demuestra una vez más que la rigidez mental, aliada de la tristeza y el desencanto, no va con él y por eso se desmarca de ella para instalarse en el presente apostólico de Francisco. Lo que ha dicho en estos días Saavedra sobre la práctica religiosa es un gesto de valentía, demuestra que el expresidente canario tiene capacidad, a sus casi ochenta años, no solo de sorprenderse sino de sorprendernos en la prensa con este regate en corto. No es fácil cuando se ha estado en las mareantes alturas de este poder provinciano que nos ha tocado vivir, admitir las limitaciones humanas y la caducidad de nuestras intenciones. Es fácil sentirse tentado por la soberbia y la arrogancia que no admiten que pueda haber un ser trascendente por encima de nuestras finitas y terrenales voluntades. Se sacude el veterano socialista la oleada de cristianofobia de nuestros días, que es peor que en la etapa sufrida por los mártires de principios de nuestra era como Policarpo de Esmirna. A estas alturas, Saavedra se sitúa en la línea y sintonía del manifiesto Evangelii gaudium, la alegría del evangelio, una especie de manual práctico que sirve de guía a los cristianos o a quien busque el sentido de la vida, en esta nueva evangelización que Francisco lleva adelante junto a sus incontables colaboradores por todo el mundo. Un modo de evangelizar que es entendido por el papa que le gusta el fútbol como una evangelización que va de Persona a persona. Una táctica de indudables raíces argentinas, porque también El cholo Simeone evangeliza a su manera de uno en uno, partido a partido, de persona a persona, y así ha conseguido lo que hasta ahora parecía inalcanzable.