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Saldada parte de la deuda

   

Familiares, amigos y políticos no quisieron perderse un acto tan significativo y emotivo. / FRAN PALLERO

Familiares, amigos y políticos no quisieron perderse un acto tan significativo y emotivo. / FRAN PALLERO

MARTÍN – TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

Precisamente el pabellón que acogió los primeros éxitos del CV Tenerife, llevará con orgullo el nombre de uno de los hombres que más hizo por el deporte tinerfeño. El Palacio Municipal de Deportes de Santa Cruz de Tenerife ya se denomina Palacio Municipal de Deportes Quico Cabrera, en honor al mejor presidente que ha tenido cualquier club de la Isla.

En un emotivo acto celebrado en el hall de dicho recinto, familiares, amigos y políticos se dieron cita para recordar y honrar la figura de este herreño que tanto hizo por su pasión: el voleibol.

Quico, como todos lo siguen llamando, fue una de las personalidades más importantes de la historia del voley nacional. Con su club ganó 10 ligas y 11 Copas de la Reina, siendo el CV Tenerife la institución deportiva más laureada de la historia del voleibol español. No obstante, su mayor logro fue la consecución de la Liga de Campeones, la mayor hazaña en la historia del deporte femenino del país. El acto estuvo presidido por el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, que estuvo acompañado por la viuda de Quico Cabrera. Ambos descubrieron una placa ubicada en el hall central del edificio. Estuvieron presentes, además, el primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, José Ángel Martín, verdadero artífice de que la capital haya saldado, en parte, la deuda deportiva que tenía con Quico. Él fue el instructor del expediente del cambio de nombre. También asistieron otros miembros de la Corporación municipal y representantes del Cabildo.

Como no podía ser de otra manera, allí se dieron cita algunos de los apoyos más incondicionales con los que contó Quico, como Lolo Cabrera y Luis Beltri. Tampoco faltaron jugadoras que fueron santo y seña de aquel equipazo: Susana Rodríguez o Marina Dubinina. El club heredero del mítico Tenerife Marichal, el CV Haris, estuvo representado con su presidente y algunas jugadoras.

Especialmente emotivas fueron las palabras que dirigió al público presente la hija de Quico, Irene Cabrera: “Siento una emoción especial al estar en el mismo edificio en donde más tiempo pasé con él y saber que aún incluso cuando nosotros ya no estemos, su nombre perdurará ligado al deporte”. Así será gracias a esta distinción.