1. Me encanta hacer crónica de los seres leves. Hay seres leves que se meten conmigo, jubileta, en la radio, cuando no estoy presente y no me puedo defender. Hay un dato positivo en la actuación de los seres leves: que te hacen existir, aunque no existas -como yo-, al darte importancia. Yo deberÃa contratar un coro de seres leves, de cuerpos ingrávidos, para que me hagan de exegetas. Para que canten mis alabanzas. No puedo desprenderme de la polémica. Estoy condenado a ella. Una vez, una monja del colegio de mis hijas salió corriendo detrás de un individuo que tiraba panfletos despotricando contra mà en la puerta del centro docente. La sor me llamó, entusiasmada, porque habÃa podido secuestrar todos los panfletos. Qué valiente el calumniador que salió corriendo, calle abajo, perseguido por una monja en sandalias y con el hábito arremangado. Fue mi heroÃna durante muchos años. Y qué cerdos quienes idearon lanzar los panfletos en la zona que más me podÃa doler, el colegio de mis hijas. Su gozo en un pozo.
2. Todo el mundo sabe que en Canarias, igual que en Galicia existen las meigas, aunque nadie las haya visto, subyacen unos poderes ocultos que nadie saben dónde están. Son personajes malos, que se reúnen para destruir lo que no les interesa, lo que envidian y lo que odian. Están agazapados en las esquinas y en los soportales; nadie los ve, pero existir, vaya que si existen. HacÃa tiempo que no lo notaba, pero hace unos dÃas aparecieron por la COPE y tuve que llamar a un amigo para cortar el rollo. Ya no aguanto ni una.
3. Ya no comento lo que pasó en AndalucÃa, por manido. Mi conclusión es que Podemos no es otra cosa que una versión nueva de IU. Ha fagocitado a IU, pero no crece. La extrema izquierda es la que es, por mucho que quieran disfrazarla de movimiento nuevo y multitudinario. Esto no es Grecia, ni Venezuela, gracias a Dios. Aquà sufrimos una guerra civil hace más de 70 años que algún aprendizaje nos dejarÃa, después de haber costado un millón de muertos.