Amor por las candilejas

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RAFAEL DE MIGUEL/FOTO:JOAQUÍN PONCE DE LEÓN

Severiano García y Soraya González son el corazón y alma de la compañía Delirium Teatro, con base en Tacoronte (Tenerife). Una historia de tres décadas basada en el amor al teatro que este año se ha visto reconocida con uno de los Premios Réplica de las Artes Escénicas Canarias.

Delirium Teatro cumple 30 años de andadura. ¿Cómo se llega tan lejos?

Severiano: Supongo que en mi caso por vocación. Desde pequeñito conocí el teatro y me enganchó. Lo cierto que es que a día de hoy, a pesar de todas las vicisitudes y problemas, sigo sintiendo una verdadera pasión por este arte. Me siento realizado cuando hay un espacio negro, un escenario, un teatro y eso se sigue manteniendo a través del tiempo.
Soraya: En mi caso llevo 24 años en la compañía y recuerdo que cuando vi su primera obra que se llamaba Delirium y que trataba de un culo que se escapaba de su dueño, yo no sabía qué iba a ser de mi vida, pero tenía claro que si me dedicaba al teatro quería hacerlo con ellos.

¿Anécdotas de estos años…?

S. Gcía: Tenemos muchas, pero recuerdo una de hace mucho tiempo, en un colegio de El Ortigal donde representábamos Morir con toda seguridad, que era una crítica a la Seguridad Social: uno de los actores muy maquillado y con la cara demacrada salía detrás de un biombo y gritaba “¡Aaaaah que me muero!”; de repente oímos todos los actores tras el escenario un estruendo tremendo: todos los espectadores habían salido de la sala en estampida. Tuvimos que salir y explicarles que no pasaba nada, que era fingido y volvieron para ver la obra.

¿Género favorito a la hora de elegir las obras?

S: Lo fundamental es que nos entusiasme la obra, nos interesa todo: el drama, la tragedia, el humor, e incluso lo experimental como fue la obra Isla Mujeres que pensamos que como era poesía no iba a funcionar mucho, y nos sorprendió porque llegó a todo tipo de público. Nos gusta ponernos retos y afrontarlos.
S. Gcía: Siempre pensamos en el espectáculo perfecto que reúna emoción y reflexión, un teatro completo donde no solo se invite a pasar un buen rato sino que haga reflexionar. Sobre todo buscamos sorprender al público.

Este año consiguieron un Premio Réplica por la versión de El enfermo imaginario de Molière

S. Gcía: Es un estímulo. Si los premios significan mayor interés a nivel público sobre tu trabajo, bienvenidos sean; y hay que mencionar a la compañíaAbubukaka con los que trabajamos porque fue una experiencia muy buena. Tres festivales de teatro clásico de España se interesaron por la obra y eso para nosotros es un estímulo.

¿Cómo sortean la crisis económica, que también afecta al teatro?

S. Gcía: El teatro es imaginación y hay que pensarse muy bien dónde te metes. Vivir en un territorio tan fragmentado te obliga a hacer un buen planteamiento escénico: que no te haga difícil viajar y puedas hacer más funciones. Hay una cosa fundamental en la gente de teatro y es que están dispuestos a trabajar por encima de todo, en las peores circunstancias.
S: Reciclar mucho en escenografía, en vestuario; hacer mucho con pocos recursos en definitiva. Como todo el mundo, vamos.