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De aquí en adelante, Fernando Clavijo – Por Ana María Oramas

Alguien dijo una vez, para referirse a la transición desde ATI a Coalición Canaria, que se había acabado con el partido de “los amigos” para construir una fuerza política potente. La primera vez que lo escuché me quedé pensando. Porque no estaba muy segura de que acabar con los amistad sea un logro importante, una modernidad o una fortaleza. Hace algunos años casi todas las personas que militaban en el emergente nacionalismo canario se conocían, se apreciaban y se respetaban dentro y fuera de las fronteras del partido. Éramos vecinos, ciudadanos que estábamos luchando para que nuestras islas tuvieran su propia voz. Pero sobre todo personas que se sentían cercanas y amigas de otras personas que estaban luchando a su lado, hombro con hombro. Con el tiempo la contaminación política ha aumentado. Los partidos políticos se han llenado de herrumbre y unos cuantos han convertido a los políticos en personas bajo sospecha; gente culpable de antemano hasta que demuestren su inocencia.

Fernando Clavijo no es sólo el candidato de Coalición Canaria a la presidencia del Gobierno, es el alcalde en quien dejé la responsabilidad de gobernar La Laguna, mi ciudad, mi cuna, sabiendo que la dejaba en las mejores manos. Es el amigo sensato, trabajador, serio; el compañero de corporación y de partido con el que siempre puedes contar en las horas buenas y en las malas.

Fernando es esa persona que te dice a la cara la verdad sin disfraces, aunque sea desagradable. El que se cabrea con los vagos, con los indolentes, con los que no tienen compromiso, con los que se quieren escabullir de sus responsabilidades. Es el amigo a quien le puedes confiar el rumbo de un barco porque sabes que va a dar hasta la última gota de su lealtad en la tarea.

Cuando a Fernando Clavijo lo imputaron por la venganza de un empresario de la noche, que había sido sancionado por el Ayuntamiento de La Laguna, sentí mucho más que tristeza, rabia y temor por el castigo se le estaba aplicando a un compañero de partido que iba a ser candidato a la presidencia del Gobierno. Sentí la indignación que te invade cuando alguien le hace algo malo a alguien de tu familia. Y también sentí confianza. Porque sé quién es. Porque sé cómo hace las cosas. Desde el minuto de uno estaba convencida de que Fernando Clavijo iba a poder demostrar su inocencia más allá de toda duda. Porque Fernando es una persona que sigue una trayectoria recta en lo público y en lo privado. Cualquier persona a la que se le intervengan las conversaciones durante meses y meses se pone en situación de sufrir un daño irreparable. Cuando se habla en la intimidad uno se expresa de forma totalmente diferente a cuando lo haces en público. Fernando ha sobrevivido a la injusta, cruel e ilegal difusión mediática de sus conversaciones políticas y personales. Ha sobrevivido al vía crucis de un proceso jurídico que le ha puesto en los titulares de todos los periódicos justo cuando iniciaba su camino de renovación de Coalición Canaria y su candidatura a la presidencia del Gobierno de Canarias. Cuando muchos pensaron que no podría con esa carga, él ha demostrado que es capaz de seguir adelante, de luchar y de demostrar la falsedad de las acusaciones que se le imputaban.

Para algunos, los partidos políticos siguen siendo un lugar en el que caben los amigos. Gente que se aprecia de forma personal y que siente afecto por sus compañeros. Gente que no se traiciona, que se dice a la cara las críticas por los errores cometidos y que actúa siempre con lealtad. Gente que te ayuda a que no te desvíes del buen camino. Gente que te empuja en los momentos de debilidad. Porque cuando estás arriba, en el poder, te sobran los amigos. Pero cuando no es así, cuando llegan las horas difíciles, es cuando más te hace falta una mano que te sostenga y una voz que te anime a seguir. Hace ya mucho tiempo, en el jardín de mi antigua casa de La Laguna, unos amigos nos reunimos para hablar del futuro. Nos reunimos, en realidad, para hablar de Fernando. Porque pensábamos que Coalición Canaria había extraviado el camino. Que se estaba alejando de la gente. Que debíamos volver a pisar la calle y a escuchar a nuestros vecinos. Y la persona en quien todos pensábamos que debía liderar ese gran cambio era Fernando Clavijo.Porque él era la fuerza, el empuje y la capacidad en la que sabíamos que podíamos confiar. Hoy, una vez más, me ha llenado de orgullo. Porque supo encajar la injusticia, la inoportunidad y la maldad de una denuncia vengativa. Porque supo reaccionar ante la acusación judicial que expuso a todos los medios de comunicación la parte más privada de su vida. Porque puso las cartas boca arriba desde el primer momento y transmitió la convicción de su inocencia. Porque dio la cara y salió a pecho descubierto a dar la batalla que acaba de ganar.

Si alguien tenía alguna duda de que Fernando es el tipo de líder que necesita el nacionalismo canario y el presidente que espera esta tierra, ya no debe tenerla. No sólo porque ha sido investigado y ha quedado acreditada su inocencia, sino porque ha demostrado que en los más oscuros y difíciles momentos es capaz de mantener la serenidad, el temple y la sensatez de un buen gobernante y una mejor persona. De aquí en adelante ya sabemos que Fernando Clavijo es ese buen hombre que necesita Canarias.

*Amiga y compañera de Coalición Canaria