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Cisneros: “Si cambia el viento, claro que puede llegar a Tenerife”

CCtDWuXW8AAH-gw.jpg IMG-20150416-WA0010.jpg IMG-20150416-WA0011.jpg DERRAME DE COMBUSTIBLE EN EL MAR POR EL PESQUERO RUSO OLEG NAIDENOV.
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Primeras imágenes de los restos del hundimiento: se trata de la balsa salvavidas del pesquero y de los víveres de la misma, traídos ayer a Tenerife por el Punta Salinas. / Los Jardineros

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Jesús Cisneros, profesor de Contaminación Marina de la Universidad de Las Palmas de Gran canaria y considerado como el principal especialista en su campo de las Islas, denunció ayer a DIARIO DE AVISOS “la improvisación” que a su juicio preside la actuación de las autoridades ante la crisis medioambiental tras el naufragio de un pesquero ruso al sur de Maspalomas, a la par que lamentó el hecho de que “si bien Gran Canaria cuenta con más boletos porque es menor la distancia, lo cierto es que, si cambia el viento, [el piche] puede llegar a Tenerife”.

Las declaraciones de Cisneros se enmarcan dentro de la preocupación general que preside la opinión de los expertos consultados por este periódico, y que comparten las autoridades, al punto que se ha subido el nivel de alerta de 0 a 1 y se buscan nuevos medios como un robot submarino que descienda a los 2.400 metros de profundidad en que yace el Oleg Najdenov.

Tanto el catedrático de Toxicología de la Universidad de La Laguna Arturo Hardisson como el que fuera director del Departamento de Ciencias Marinas de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna, Gonzalo Lozano, coinciden en que el peor escenario posible sería la llegada del fuel a la costa, pero que de cualquier modo, como resume Lozano, “puede que estemos ante un problema”.

Para el biólogo marino, lo peor de la mancha de fuel sobre el océano es que “impide el intercambio de la atmósfera con el mar, así como el paso de la luz imprescindible para la fotosíntesis, además de provocar cambios en el PH del mar”. Lozano quiere ser optimista y manifiesta su esperanza en que “se pueda controlar, pero es cuestión de tiempo que el combustible salga de los tanques por la fatiga del material. Para que se haga una idea, sepa que todavía salen gotas de grasa del Arizona, hundido en la bahía de Pearl Harbour en 1941”.

Hardisson coincide con organizaciones ecologistas como Greenpeace en que “es muy importante que no se usen productos químicos para recoger el fuel; ahora mismo sólo es un problema mecánico y no debe agravarse: habrá daños a la fauna pero el mar terminará diluyendo el combustible si no cambian los vientos y lo trae a la costa”.

Cisneros, muy crítico con la ausencia de un plan de contingencia, advierte que no responsabiliza al gobierno actual sino “a todos: el actual, el anterior, el canario, los cabildos, ayuntamientos… Es lamentable que las decisiones no sean tomadas por un grupo de técnicos independientes” insiste el especialista, quien reconoce su estupor “por ver a la ministra, una política, al frente del operativo”.

El profesor de Contaminación Marina se refiere a la titular de Fomento, Ana Pastor, que ayer tomó las riendas de la crisis medioambiental y que, entre otras cosas, atendió a las críticas del Gobierno de Canarias para mejorar la coordinación y elevó el nivel de alerta al 1, previsto para episodios de contaminación marina “de magnitud o peligrosidad media”. La ministra, que no explicó por qué el pesquero fue remolcado primero al sur de Fuerteventura, luego al sur de Gran Canaria y más tarde acercado a la costa, anunció que se recurrirá al referido robot submarino y defendió la actuación de los técnicos de Salvamento.

Sobre la mancha, se sabe que ya está a 40 millas y que el vertido oscila entre 348,1 y 1.028,9 toneladas, en cálculo aproximativo desde el avión Sasemar 01.