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La Guardia Civil alerta del incremento y la “metamorfosis” de la amenaza del terrorismo yihadista, que es “imprevisible”

EUROPA PRESS | Granada

El general jefe del Servicio de Información de la Guardia Civil, Pablo Salas, ha alertado este viernes de que la dinámica de la situación del terrorismo yihadista actual pone de manifiesto un “incremento” y “metamorfosis” de la amenaza que la “hacen todavía más diversa e imprevisible”, tanto desde el punto ideológico como en lo referente a su ‘modus operandi’, y con una capacidad de proyección transfronteriza más alta, como han demostrado, en su opinión, los recientes atentados de París o Kenia.

Salas, que ha pronunciado en Granada la conferencia inaugural del ‘Simposio sobre la amenaza presente y futura del terrorismo yihadista: claves para la prevención’, ha considerado que, para valorar la amenaza “es necesario mirar el exterior” y realizar un estudio de la situación de diferentes regiones que en términos de presencia yihadista tienen un elevado índice de acciones terroristas, o incluso tienen agrupadas organizaciones terroristas “altamente letales”, y se ha referido a Oriente Medio, el eje Siria-Iraq y Yemen, y a la zona del Sahel y el Cuerno de África.

Según este experto, el terrorismo en estos países ha sufrido un proceso de “fragmentación ideológica” que no ha supuesto su debilitamiento, sino el inicio de una “competencia” entre las organizaciones de Al Qaeda y el Estado Islámico, que “rivalizan” y desarrollan sus propios instrumentos de propaganda.

Sin embargo, en ambos casos las dos persiguen emprender acciones que tienen por objetivo una desestabilización y además de eso, persiguen causar un daño “profundo y continuado”, y afectar, por ejemplo a sectores estratégicos de la economía, como, a su juicio, ha sucedido con el reciente atentado de Túnez.

Además, Salas ha señalado que debe de tenerse en cuenta que las organizaciones terroristas están adquiriendo un carácter más transnacional y pueden atentar aquellas que han surgido desde un ámbito más local, como en el caso de Al Shabab y el atentado en la Universidad de Garissa, en Kenia.

En lo que respecta a España, Salas ha advertido que la amenaza principal en el país viene por los siguientes fenómenos: el de los grupos terroristas más destacados en el ámbito de la yihad, como Al Qaeda y el Estado Islámico, redes terroristas locales que pueden adscribirse ideológicamente a redes transnacionales que actúan de manera autónoma, o individuos aislados incluidos en un grupo pero que actúan en su nombre o en nombre de la causa yihadista.

Salas, que ha considerado que “la debilidad de nuestros vecinos se torna en un peligro para España”, ha señalado que del análisis de la evolución terrorista en el país puede concluirse que España “no ha sido ajena a la movilización yihadista”, que ha llevado a alrededor de un centenar de residentes nacionales a desplazarse a zonas de conflicto, como Siria e Iraq, que no es un alto nivel.

Además, según este alto mando de la Guardia Civil, se ha detectado una “radicalización” de sectores musulmanes que han sido “permeables” a la “propaganda” yihadista, y esto no se limita al envío de combatientes, sino también a facilitar el viaje a jóvenes para contraer matrimonio y establecerse en el territorio bajo la autoridad de las organizaciones terroristas. “Esto es extraordinariamente minoritario, pero novedoso”, ha incidido.

Según Salas, esta movilización de personas del país a zonas de conflicto, desde donde pueden regresar como “experimentados terroristas”, no es tan alta como en otros países, pero está localizada, según ha indicado, en zonas como Ceuta y Melilla, y en menor medida, en el arco mediterráneo, y son normalmente españoles con religión musulmana que tienen una relación directa con el extremismo, con redes desarticuladas, o ya han sido detenidos anteriormente.

Los grupos terroristas más destacados en España son Al Qaeda, que hace una amenaza genérica para recuperar Al Ándalus, Ceuta y Melilla, y el Estado Islámico, que centra su amenaza hacia todo occidente, según Salas, que ha señalado además el “riesgo potencial” de las personas que regresan de combatir de zonas de conflicto, y de los llamados “lobos solitarios”, que son individuos anónimos más difíciles de detectar.