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José Luis Delgado: “Hemos equilibrado la Isla desde el punto de vista de la movilidad”

Foto FRAN PALLERO
Foto FRAN PALLERO

DOMINGO J. JORGE | Santa Cruz de Tenerife

La cordillera de Teno, que separa el norte y el sur de Tenerife, ya no supone un escollo difícilmente franqueable para aquellos que quieran desarrollar su labor profesional en cualquiera de estos dos puntos de la Isla y mantener su residencia en su municipio habitual. Esto se ha conseguido con la reactivación de la obra del anillo insular de carreteras, uno de los objetivos primordiales que se marco José Luis Delgado (PSOE), consejero de Carreteras del Cabildo de Tenerife, cuando llegó a su cargo en 2011.

-¿Ustedes reactivaron un proyecto que estaba paralizado?

“Este es un proyecto que se inicio en 2002, cuando se hunde el puente de Ajabo, en el Sur de Tenerife, y esto impide que miles de trabajadores, residentes en el Norte, llegasen a su trabajo en el Sur. Así se incomunicaron más aún, y los usuarios tuvieron que hacer diariamente el recorrido por la carretera de la costa, generando un colapso enorme. Todo este desencuentro llevó a que los alcaldes del Sur, sin tener en cuenta el color político, se unieran y llevasen a cabo aquella gran concentración donde se pedía que tuviésemos carreteras de verdad. Aquello a mí me impactó mucho. Con posterioridad, en 2007 entré en política e inicié mi andadura en el Grupo Socialista del Cabildo y me propuse el claro objetivo de solucionar un problema muy grave de movilidad y de personas en la Isla. En Tenerife, la masa laboral está en el Norte y la fuente generadora de trabajo especialmente reside en el Sur. Lo que ocasiona problemas de movimiento poblacional. De esta forma, en 2007 se comienza a construir, con la presión empresarial sobre todo del Sur, un tramo oeste del anillo insular, Armeñime y Santiago del Teide, y otro tramo entre El Tanque e Icod. Dichas obras se ralentizan en 2009 con la situación del inicio de la crisis económica. Cuando llegamos a un acuerdo de Gobierno con Coalición Canaria, al inicio de esta legislatura 2011, y me corresponde a mí el área de Carreteras y Paisaje, asumo este proyecto, como básico, para desbloquear algo que estaba totalmente ralentizado. Todo esto se agrava con los recortes que durante la crisis ha ido realizando el Gobierno del Estado, que pasa las anualidades del Convenio de Carreteras de una inversión de 220 millones de euros a 54 millones para toda Canarias. Eso consigue que entre 2011 y 2012, y hasta prácticamente mediados de 2013, no se pueda ejecutar ninguna obra.

-¿Qué hicieron entonces?

“En ese momento, observando que con esta falta de iniciativa por parte del Gobierno central no íbamos a lograr finalizar el anillo por el oeste, decido tener una reunión con el recientemente incorporado presidente del Cabildo, Carlos Alonso, para intentar desbloquear esta situación y tomar nosotros las riendas, puesto que la infraestructura que se había construido y que llevaba cuatro o cinco años parada estaba corriendo el peligro de deteriorarse aún más, con una inversión de 150 millones de euros gastados. Faltaban unos 25 millones para concluir este proyecto, el Gobierno de Canarias no podía completar dicha cantidad, faltándole unos cuatro millones, y por ello pedí que con fondos propios del Cabildo pudiéramos ejecutar las obras necesarias para finalizarlo. Así se acordó a finales de 2014 y durante todo 2015 hemos impuesto un ritmo agresivo, marcando el control de la gestión de esa obra. A mediados de 2014, se puso en servicio el tramo entre El Tanque e Icod, y pasó a ser el gran desafío el tramo sur-oeste, que es el más largo y en una situación geográfica más complicada. Se ha seguido un trabajo vertiginoso con este tramo hasta 2015, prácticamente hasta que esta misma semana pusimos en servicio 14 kilómetros y medio con túnel y autopista, que permiten que los ciudadanos que han de trasladarse a menudo del Norte al Sur no tengan que invertir prácticamente dos horas diarias, sino que se ha reducido en una hora ese trayecto. Ahora prácticamente en 12 minutos se atraviesa el macizo de Arguayo, Ya se está construyendo el viaducto de Erques, una obra de ingeniería excepcional, que estará concluida en el mes de junio próximo, con lo cual en julio los ciudadanos dispondrán ya de todo el tramo terminado. Con ello prácticamente se logrará equilibrar la Isla desde el punto de vista de la movilidad”.

-¿Se ha pensado en las personas a la hora de realizar esta obra?

“Esta gran inversión, que puede parecer únicamente hormigón y asfalto, en el fondo tiene un componente humano dramático. Durante los últimos años de bonanza económica vivimos un flujo poblacional del Norte al Sur de la Isla, ya que al no hallarse las carreteras en condiciones las familias se encontraban separadas. Los hombres del sector de la construcción se iban a trabajar al Sur y allí vivían en barracones de obra. Los fines de semana regresaban a sus hogares en el Norte, generando una total desestructuración familiar. En el noroeste de Tenerife, en la Isla Baja, las tasas de paro se mueven en torno al 31%, mientras que en el Sur están sobre el 9 u 11%. Las carreteras del macizo de Teno son infernales, con más de 65 años de antigüedad, colas interminables. Los trabajadores se veían en la obligación de salir de casa a las cinco de la mañana. Todo esto ha desmembrado a miles de familias, que se han visto en la necesitar de migrar al Sur, potenciando el aspecto especulativo residencial. Los centros educativos se vieron en la obligación de tutelar niños, para que en lugar de abandonar el centro permaneciesen en él lo máximo posible, evitando que estos estuviesen en la calle hasta que los padres concluyeran su trabajo y los recogiesen. Eran los llamados niños llavero. Con este montón de hormigón y asfalto que compone el anillo insular hemos pretendido resolver todo este drama humano. Ahora, quienes trabajen en el Sur, no necesitan ni vivir allí, ni trasladar a toda su familia; pueden continuar haciendo su vida en el Norte y trabajar en el Sur. Por todo esto, se puede decir que el anillo insular de carreteras es la infraestructura más socializante que puede existir en este momento. Fue el objetivo número uno que me marqué cuando llegué al cargo hace cuatro años. Alcanzar este objetivo es la mayor satisfacción que puedo asegurar he recibido durante esta etapa con la responsabilidad del área. Hemos desbloqueado y puesto en servicio esta infraestructura tan necesaria para todos los tinerfeños”.

-¿Se ha dañado al medio ambiente con esta gran obra?

“Creo que se puede responder con una frase de una persona a la que yo tengo en gran estima, José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje: ‘Primero son las personas y después los lagartos’. Soy un profundo defensor del medio ambiente, pero primero son las personas. Me parece que, a veces, demagógicamente, invertimos mucho más dinero en estudios de impacto medioambiental que en acabar con el hambre de países o pueblos. Gastamos verdaderas fortunas de dinero en proteger un perenquén o una babosa, donde tenemos que contratar a un entomólogo que cuesta 30.000 euros, mientras que permitimos que personas mueran de hambre aquí al lado. Hay que medir muy bien dónde se ponen los recursos públicos porque son escasos y tienen que estar para
beneficiar a las personas, y no para caprichos que no nos podemos permitir”.

-¿Qué queda por hacer?

“Para concluir el anillo insular quedan dos infraestructuras. La más importante es el túnel de Erjos, que permitirá comunicar la parte noroeste con la suroeste. Medirá unos seis kilómetros y se convertirá en el más largo de España. Lo que ahora se recorre en 30 minutos, se podrá hacer en seis. Tenemos un estudio económico, que dice que los ciudadanos se gastan anualmente 256 millones en combustible por no tener el túnel hecho. El coste efectivo de la obra son 400 millones. Esto quiere decir que en dos años el túnel estaría amortizado. Por eso considero que no invertir en el túnel de Erjos puede significar una catástrofe para la Isla. Igual de contundente soy cuando aseguro que su financiación tiene que ser asumida completamente por el Estado. Tendrá que ser declarada de interés general del Estado, porque igual que los canarios y los tinerfeños pagamos carreteras en la Península, los ciudadanos de la Península también estarán obligados a pagar las carreteras de Canarias. Además de este tramo quedará conectar Buen Paso con San Juan de la Rambla”.

-¿Qué sabor se lleva de esta experiencia como consejero?

“Es el mayor orgullo que puede tener un tinerfeño, ser consejero del Cabildo de su Isla. He intentado gobernar desde mi área para todos los tinerfeños de manera equilibrada. Hemos repartido todos los recursos en toda la Isla por igual. El plan de inversiones que he desarrollado no ha dejado ni un solo municipio sin inversión. El es el concepto de Isla que yo tengo. Una Isla equilibrada, igualitaria, y perfectamente distribuida, sin preferencias de comarca sur, comarca norte o comarca metropolitana. En un territorio tan pequeño, no se puede permitir estar inclinado o polarizado hacia una zona en concreto”.