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Kramer versus Kramer – Por Andrés Chaves

1. Si Juan Fernando López Aguilar hubiera pertenecido al PP, probablemente habría entrado esposado al juzgado de Las Palmas que recibió los testimonios de familiares y otros testigos en su proceso de Kramer contra Kramer. Y habría estado 48 horas entalegado. Pero no, acudió sin esposas. En este país hay gente con privilegios. A los mindundis se les trata al trancazo; a los eurodiputados, un respetito. Es muy probable que el magistrado instructor del Supremo, a la vista de lo que le ha enviado el juzgado de Las Palmas, adopte alguna medida cautelar contra López Aguilar. Entonces, y sólo entonces, el PSOE le pedirá el acta de diputado. De momento lo ha suspendido cautelarmente de militancia. Y si lo ha suspendido de militancia, ¿por qué utiliza las instalaciones del PSOE en Las Palmas como cuartel general?

2. El proceso se ha convertido, ya digo, en una especie de Kramer versus Kramer, ya que Aguilar ha iniciado acciones para obtener la custodia de sus hijos en el caso de divorcio sin acuerdo por el que están pasando él y su esposa, Natalia de la Nuez. Esto, además de eternizar el procedimiento, y a la vista de la presunta violencia ejercida por el político contra su esposa -según familiares y testigos- podría llevar al juez a tomar algún tipo de medida contra él.

3. Podría decirse que los días de López Aguilar como político se han acabado, sea cual sea la decisión del Tribunal Supremo. Lo que se ha dicho es muy fuerte como para no ser tenido en cuenta, aunque él lo resuma como una conspiración familiar contra él. Es curioso cómo la norma que él alentó con tanto énfasis se vuelva contra su inspirador, como una especie de boomerang. Pero así son las cosas. Y si el proceso, como parece, adquiere tintes de Kramer contra Kramer, cuan largo me lo van a fiar los contendientes. Así es la vida, Juanfer, así es la vida.
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