Me habían hablado de él, incluso conozco y he estudiado sus trabajos galdosianos, pero no había tenido la suerte de escuchar ninguna de sus charlas. Ayer sábado pude participar de una clase magistral de Oswaldo Izquierdo, que dio en la fiesta del Día del Libro 2015, organizada por el Colegio Virgen del Mar. Más de una charla he tenido con don Manuel Chinea, director y fundador de este centro, sobre la enorme aportación que el profesor Izquierdo, y los maestros de su generación, han hecho a la Educación. Oswaldo Izquierdo, este oriundo de La Gomera, pero que lleva más de media vida laguneando y vinculado a la UNED, habló sobre el libro para un público muy diverso, alumnos, profesores, padres y hasta abuelos. Habló a la familia sobre el libro. Sobre la necesidad de apostar por la promoción de la lectura, es decir, porque cada vez seamos más los que nos apuntemos a disfrutar de las horas que alguien invirtió en elaborar un relato, idea a idea, palabra a palabra, frase a frase, párrafo a párrafo. Una de las cuestiones positivas de la lectura, poco reflexionadas, es que hace más grande a la persona. Leyendo, crecemos como personas, y cuando luego nos paramos a contar a otros lo leído. Eso se llama conversar, algo que el libro hoy todavía puede seguir consiguiendo. Algo que no se hace solo con el teclado de un móvil en un intercambio de mensajes por Whatsapp, sino que es más efectivo frente a frente, contando al otro lo positivo que he sacado de la lectura hecha. Estos sanos ejercicios, leer y conversar, deben recuperarse. Al final, nosotros así también promocionamos la lectura.

Escuchando la sabiduría regalada en su clase por Oswaldo Izquierdo, me detuve humildemente a pensar que debemos también proteger todo lo posible algo que este maestro gomero ha defendido toda su vida, la Educación, con mayúsculas. Una educación que ha de defenderse como el libro. Que el libro desaparezca sería una catástrofe, pero dejar morir la calidad de nuestra Educación, sería el fin del futuro de nuestros hijos. Dos soluciones a la mejora de la Educación he escuchado al profesor Izquierdo: apostar por más formación al magisterio y al profesorado, y darles más dotación económica y seguridad. Escuchado esto a un maestro como Oswaldo, alguien de arriba debería tomar nota, y no es Dios.