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Por bandera – Por Sergio García de la Cruz

Las banderas surgieron con el propósito de poder identificar a unos grupos frente a otros. Los estudios indican que el origen de las banderas es birmano. Las primeras banderas halladas fueron en el Imperio Persa, durante la Dinastía Aqueménide. Con los siglos se ha sacralizado y su ofensa o ultraje es un delito sobre este símbolo tan venerado. Dice la Ley que la bandera de España simboliza la nación; que es un signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución.

En el año 2002 surgió un conflicto sobre la colocación o no de la bandera de España. La Academia de Policía del País Vasco ante el requerimiento del Estado de que ondeara la bandera nacional en ella actuó de manera típica, igual que cuando un ciudadano “escribe” a la administración y esta guarda silencio a sabiendas de que aquí no se le aplica la máxima del que calla otorga. Como no podría ser de otra manera el Estado se enfadó y acudió a los Tribunales. La controversia era sencilla; la ley obliga a que la bandera debe ondear en el exterior y ocupar el lugar preferente en el interior de todos los edificios y establecimientos de la Administración central, institucional, autonómica, provincial o insular y municipal del Estado y la academia llevaba 20 años sin hacerlo de hecho las banderas autonómicas no podrán ser utilizadas sin que a su lado ondee la española.

En 1970 en Washington un joven estudiante puso en su ventana una bandera americana al revés y a esta adosó el símbolo de la paz, una patrulla de policía que pasaba por el lugar no daba crédito a lo que veía e inmediatamente acudió a la vivienda donde se colocó la bandera y detuvo al joven por esa sublevación de la pasión. El estudiante fue condenado y recurrió llevando el mismo su propia defensa basada en que puso un símbolo de paz en la bandera como una protesta contra la invasión de Camboya y la matanza de la Universidad de Kent, hechos ocurridos pocos días antes, su objetivo no era otro que asociar la bandera de EE.UU. con la paz, en lugar de la guerra y la violencia ( “sentí que había habido tanta matanza y que esto no era lo que Estados Unidos representaba”, dijo) pero, perdió. La cuestión era clara: la ley lo prohibía, sin embargo el caso llegó a la Corte Suprema y aquí está firmemente establecido que la expresión pública de las ideas no puede prohibirse simplemente porque las ideas son en sí mismas ofensivas para algunos. La bandera es un símbolo capaz de transmitir simultáneamente un espectro de significados y si se destruye o se desfigura permanentemente perderá su capacidad de reflejar sentimientos o transmitir ideas y este era el caso. La primera enmienda prohíbe hacer una ley que limite la libertad de expresión, la de prensa o el derecho a la asamblea pacífica de las personas, es decir, que dado el carácter protegido de su expresión y a la luz de los hechos al Estado no le interesa la preservación de la integridad física de una bandera de propiedad privada que fue afectada en estos hechos; la condena fue anulada.

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