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La tele – Por Andrés Chaves

1. El jueves pasado se me ocurrió sintonizar el programa de Ana Rosa Quintana y su elenco. Todas, absolutamente todas las noticias que ofrecieron tenían que ver con los juzgados. Para colmo, al mismo tiempo que ellos contaban las cuitas judiciales del común, se producía un tiroteo en el palacio de justicia de Milán y mataban a un juez. Es algo espantoso que la vida nuestra de cada día gire en torno a abogados, jueces, fiscales, imputados y presuntos implicados. Es triste y jamás había ocurrido nada de esto en nuestro país, regido ahora por la justicia, y en otros países, donde tristemente mueren jueces tiroteados. ¿Pero qué nos está pasando? Me produce notorio aburrimiento el desfile de tipos empurados por los juzgados y creo que el periodismo no merece estos protagonistas, sino otros, incluidos los bufos y los graciosos. Estoy harto del desfile judicial de políticos y de la Guardia Civil enmascarada, sacando cajas de cartón de los ayuntamientos. Porque ahora quien va enmascarado no es el delincuente, sino la Benemérita. ¡Si el duque de Ahumada levantara la cabeza!

2. La sociedad ha dando un triple salto mortal y los comportamientos de los personajes públicos se han degradado. Han surgido unos nuevos líderes que lo confunden todo: la izquierda no va a salvar este país; a este país lo salvan las clases medias y la derecha civilizada, cuando hace políticas civilizadas y no intenta proteger sólo al poderoso. La izquierda acaba siempre con la caja vacía, no porque robe, que también la izquierda roba, sino porque no administra bien.

3. Se me fue el baifo del relato, después de ver y escuchar a Ana Rosa Quintana, que es otra de las nuevas ricas de este país. Se lo ha ganado a pulso. Es bonito ver al conde Lequio hablar de su prima lejana, Cristina de Borbón; y fueron curiosos los comentarios sobre la presunción de inocencia de López Aguilar. Ninguno de los presentes en el plató conocía bien a este individuo. Casi nadie al aparato.