1. Empresario y ex político, que gusta de hacer piscinas en cierto club de postín de Santa Cruz y que se dedica a comprar páginas de publicidad encubierta en un periódico -que no es éste- para poner a parir a otros empresarios y perjudicarlos en sus intereses y en sus inversiones en el sur de la Isla. Empresario que tiene mucho que ocultar y que a lo mejor resulta ser el Bárcenas de Tenerife y que tiene en su entorno a políticos presentes y pasados como compinches. Empresario acechado por la Fiscalía Anticorrupción porque existen datos, y puede haber más, que le comprometerían en ciertas operaciones inmobiliarias de dudosa legalidad. Empresario que “vende” a otros empresarios sin pudor y que quiere destruir, por el momento sin conseguirlo, ciertas operaciones legales en beneficio de terceros y supongo que cobrando por ello una buena pasta. No me voy a quedar aquí, voy a seguir hablando porque el asunto es muy grave. Permanezcan atentos a esta sección. ¿Sus iniciales? Esperen. Tengo muchos datos.

2. Uno, en ocasiones, ha de ser críptico y prudente, pero si un día me decido a contar lo que sé, a lo mejor algunos iban a salir corriendo. No es una amenaza, es un ejercicio de prudencia. Parece que en esta isla se quiere boicotear a los empresarios decentes y proteger a los que tienen las manos manchadas de mierda. Y uno se harta un poco de todo esto. Se harta de que en vez de un Bárcenas haya un González, un suponer, que esté maniobrando como una culebra en beneficio de un grupito de presión empresarial.

3. En fin, ya no voy a ir más lejos, por el momento. Mira que me había prometido reprimir un poco mis juveniles impulsos, pero hay cosas con las que no puedo. Ayer un amigo me hablaba de los poderes ocultos que existen en estas Islas, que maniobran sigilosamente y que ganan muchas batallas. Yo no les daba importancia, al menos no les daba la necesaria importancia, pero vaya que sí la tienen. Vamos a esperar antes de soltar liña. Y leña.
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