JOSÉ L. CONDE | Arona
“El municipio de Arona será puntero y un referente en Canarias si nos implicados todos”, afirma a este periódico Antonio Sosa, líder de Unidos con Arona, que opta a la Alcaldía el 24 de mayo.
-Abandonó CC con fuertes críticas hacia el partido. ¿Cree que los aroneros entenderán este giro y presentarse por otra formación?
“Uno tiene unos principios, que defendí dentro de CC. Pero cuando ves que no tienen cabida, porque se desvían de tu manera de entender las cosas, te das de baja y empiezas otro proyecto. Inicialmente decidí dejar la política activa, pero cuando uno lleva esa responsabilidad con la ciudadanía, unido a que la gente en la calle te pide seguir, hace que te replantees las cosas. Al ver que Unidos con Arona mantiene la misma filosofía que yo defendí, la de la participación ciudadana y el diálogo como base de consenso para conseguir cualquier cosa, te subes a este proyecto. Hemos terminado un modelo social y económico que está agotado. En este momento de tránsito estamos en la búsqueda de esa guía y solo pasa por la implicación de todos. La ciudadanía es la que tiene el poder, pero tiene que implicarse. El problema radica en la poca implicación y estos nos ha llevado a esa situación. Todos tenemos que ser parte de este conjunto”.
-¿Cómo ve el Arona del futuro?
“Arona es el mejor lugar para vivir, hecho que se demuestra en que el municipio ha crecido de una forma abismal. Uno va a vivir donde le gusta. Desde el punto de vista medioambiental, tiene el mejor clima. Desarrolla una potencia turística; agrícola, concretamente es el tercer municipio de Canarias en producción de plátanos; tiene un sector pesquero, y existe diversidad y muchas posibilidades. Veo una rueda de futuro en el que si nos implicamos todos puede ser un municipio puntero referente en el Archipiélago”.
-En cuanto al turismo, ¿qué medidas se pueden adoptar para recuperar esa potencia y atraer al municipio un oferta de mayor calidad?
“Canarias y también Tenerife debería a aspirar a ser la delicatessen de Europa. Esto depende de nosotros que se consiga, pero implica que los servicios sean buenos, que exista una oferta extrahotelera importante, porque hoteles de lujo hay en todas las partes del mundo, pero una vez que los abandonas es donde aparece la diferencia entre unos destinos y otros”.
-Desde su experiencia, ¿cómo se ve el PGO, que está suspendido en parte por la justicia?
“Ya estuve trabajando con el Plan general, entre el 2007 y 2011, que me lo encontré elaborado y solamente pendiente de subsanarlo. Me dio mucho aprendizaje en el sentido de que con esta normativa hay que ir mucho mas allá. Tal y como esta ahora, es entrar en un laberinto que no tiene fin. Se requiere caminar en dos líneas paralelas. Una, instar al Cabildo a que modifique el Plan Insular Territorial. Hay que renunciar a esa macrociudad de Cabo Blanco y dar cabida al crecimiento natural de los núcleos que ahora mismo están cercenados. Hay muchas zonas que de hecho son urbanas y están todavía como rústicas. Hay que habilitar otros usos que son los que demandan la sociedad y la normativa tiene que estar al servicio de la ciudadanía. No es un dogma de fe, ni un mandato divino. Y, por otro lado, hay que buscar un consenso entre los entes representativos de la sociedad como son los políticos, económicos, sociales y ver qué modelo queremos seguir para Arona. A partir de ahí está la base para trabajar y conseguir seguridad jurídica”.