Por DOMINGO NEGRÍN
En determinadas situaciones, en las que no procede reírse, los nervios le juegan una mala pasada. Australia desprende un sutil sentido del humor que combina con una expresiva personalidad política. Verbaliza emociones e intenciones. Ser y hacer, he ahí la cuestión.
-¿Por dónde habría que comenzar a cambiar el PP?
“¿Cambiar el PP? No tengo que cambiar el Partido Popular. Vamos a ver, yo estoy en el Partido Popular porque creo en sus valores y no tengo que cambiar a nadie ni nada. Evidentemente, nos hemos equivocado con muchísimas personas en las que confiábamos… Me siento a gusto y presumo de formar parte del Partido Popular”.
-¿Cómo se convence a los votantes desencantados?
“Les diría que esto ha cambiado, que han sido durísimos estos tres años y medio pero que lo hemos conseguido entre todos y que ya estamos creciendo, se está creando empleo, las pequeñas y medianas empresas en todos los sectores empiezan a tener fuerza. Les mando un mensaje de esperanza”.
-¿De qué manera se espantan los miedos?
“La verdad es que no soy muy miedosa. Yo creo que, además, soy una mujer fuerte. Por lo tanto, miedo nada. ¿Qué me da miedo? Pues, que mis hijos se enfermen y que no encuentren un puesto de trabajo. Ahora mismo, el mayor no lo tiene y se ha formado… Si cierro los ojos, me gustaría verlos crecer con salud y con un proyecto de vida”.
-¿Los escaños del Gobierno son más calentitos?
[Ríe] “La oposición es intelectualmente una enorme satisfacción, porque tienes la capacidad de estar en contacto permanente con los diferentes sectores. En el Gobierno estás en unas materias concretas”.
-¿El pacto es compacto?
“Yo creo que sí, ¿no? Lo han demostrado, aunque el protagonismo se lo ha llevado Coalición Canaria. El Partido Socialista ha sido el socio calladito, al que se puede controlar y dominar”.
-Así como Pablo Iglesias le entregó al rey una colección de la serie Juego de tronos, ¿qué regalo se merecen Paulino Rivero y Mariano Rajoy?
[Risas] “No estamos para regalar nada a nadie. Todo lo contrario, debemos dar ejemplo de austeridad”.
-¿Cuáles son las ventajas de extraviar el móvil?
[Carcajada] “Para mí, ninguna. Al revés, me pongo histérica. Tenemos una dependencia tan grande de él que se pasa fatal. Yo he tenido el problema de las copias de seguridad, que muchas veces me olvido”.
-¿Existe algún truco para finalizar una conversación por wasap?
[Ríe] “No sé. Yo mantengo las conversaciones de manera voluntaria. Siempre termino con un saludo de forma afectuosa”.
-¿Con un emoticón de esos?
“También. Son comodísimos. El más que uso en el móvil es el del muñequito con el beso”.
-¡Ah! ¿Cómo influye la ansiedad en la responsabilidad política?
“No conozco la ansiedad. Lo que sí asumo es una enorme responsabilidad, porque no estoy hablando de mí misma, sino que represento a todos los canarios”.
-¿En qué consiste el liderazgo?
“No me gusta hablar en primera persona. Yo creo en la fuerza de los equipos, en la unión de la gente”.
-¿Hasta qué punto la realidad transforma a un político?
“Lo que procuro es estar siempre en el día a día y no perder el contacto con la realidad”.
-¿Hay compañerismo entre los portavoces parlamentarios?
“Bueno, yo he tenido una relación muy directa con José Miguel Barragán [CC], Manolo Fajardo [PSOE] y Román Rodríguez [NC], de trabajo permanente durante estos cuatro años. Ha sido una relación muy leal y de compañeros. José Miguel y Manolo se despiden de esta Cámara y me llevo un buen recuerdo de ellos dos”.
-¿Ya se han repartido las invitaciones para la fiesta de despedida de Rivero?
[Risas] “A mí no me ha llegado. Le deseo todos los éxitos personales y profesionales; pero, sinceramente, como presidente del Gobierno de Canarias no lo voy a echar en falta”.