SIN PELOS EN LAS TECLAS>

Camino del cambio – Por Cecilio Urgoiti

Hay un país tan parecido al nuestro, que yo diría que es igual, pero en ese lugar tan cerca de este, que tienen incluso el mismo clima, la misma orografía e hidrografía, la misma geografía. Los mismos ciudadanos y un mismo todo. Ahora bien, les diferencia que en uno hay corrupción política a mansalva, no hay democracia, no se sabe que es la división de poderes, los delincuentes de casos políticos viven de la mejor forma que se puede vivir, no tienen control y cuando por error de un juez van a la cárcel, a los pocos días salen e ingresan a los jueces en un lugar desconocidos por todos, o les sancionan por “malos” y a otra cosa mariposa. Estos sujetos son los dueños de todo y el resto de la población, los hombres y mujeres decentes, honrados, dignos que viven ahí, los que no tienen empleo o los que tienen, que lo mismo les da a los dueños, son saqueados. El Gobierno ejerce una presión fiscal sobre ellos, que ni teniendo tres vidas, podrían satisfacer los impuestos que les graban diariamente. Les quitan las viviendas y los ponen a vivir en la calle. Si un banco quiebra, se hace una quita a las cuentas corrientes de los ciudadanos, cosa que ha ocurrido ya en Europa o se solicita un rescate y lo pagan los ciudadanos decentes, honrados, dignos. Mientras esto ocurre en ese país, el mismo Gobierno se dedica a dilapidar todo el Estado de Bienestar. El que hoy es presidente viene de Puente Viejo, un lugar muy parecido al otro, que hay en ese otro país, la actual Pontevedra, y que allá por el 2009 “ponía las manos en el fuego por su tesorero y compañero de partido”. Hace ya cuatro meses que el amigo salió de prisión, vamos que fue a la cárcel, que lo metieron en el trullo, pero era según sus compañeros de partido, íntegro, inocente y hasta presunto. Todo esto es raro, raro, raro… y lo es por que, el dinero que siempre se manejó aquí, es “dinero público” . Si venía de subvenciones de privados, hay que atenerse a la ley, por tanto es dinero público. Si viene vía Parlamento, por representación en materia de votos o cualquier otra triquiñuela legal, de ese país parecido al nuestro, por tanto, siempre es dinero público. Pero si el dinero viene de comisiones y otras trapisondas, del juego de los trileros de la política, y para alcanzar adjudicaciones de obras y servicios, estos se han tenido que grabar en un porcentaje superiores y de esa manera las cuentas salen. Por tanto, siempre es dinero público. Nunca ha sido dinero del partido, siempre ha llegado por el camino institucional. Sea esa nación real o ficticia el dinero era de todos los ciudadanos, que de una u otra forma le fue sustraído de sus bolsillos, acceso directa o con impuestos también directos o indirectos. Bárcenas no va a la cárcel tan tranquilo, siendo como fue el que pagaba los sobresueldos. Desde mi observatorio personal no puedo creer lo que me dicen. No pongo en duda la honestidad de la mayoría de los jueces y menos la del que dicto el auto de prisión del sujeto en cuestión. Mis dudas están en la división de poderes y en la mano que va a meter el ejecutivo como vimos con el caso Blesa.

Por cierto, el otro país, es España, en la que me gustaría vivir con una nueva Constitución, fundada sobre una democracia real y participativa, con una autentica división de poderes y con un fortalecido Estado de Bienestar donde el empleo sea nuestra constante. A la postre ese país ha de ser republicano, laico y tras unas Cortes Constituyentes.