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Currar, aguantar, sobrevivir – Por Ramiro Cuende Tascón

El domingo salí a comprar la prensa y el pan para compartir mesa y lectura con los míos. Cada esquina me sorprendía, una tras otra con eslóganes, fotos e historias de todos los partidos. Primeros planos chopeporqueados a peor por la torpe perfección de su irrealidad. Muchos carteles habían sido mal pintados, rotos y destrozados por los socio imbéciles de turno que no entienden que una de las claves del debate y de la democracia es el respeto al resto y a lo común. Los conmino a usar el rotulador o lo que sea para destrozar sus habitaciones escribiendo cien veces la frase “non faciam more”.

Hoy va de cine. La película se titula: ¡Ojalai! Sinopsis: Manuela Carmena -el criterio y la honradez- está a punto de regir Madrid, derrotando a Esperanza Aguirre -el chelismo de clase y el trabajo al margen de los que eran los suyos-, antagónicas en política y en vivir. El guión se repite por toda España, solo hemos de buscar a los protagonistas en el interior de cada urna. La película por orden de aparición viene a ser así.

La Espe, por el pepé…, se postula por las esquinas para ser la chulapa más chulapa de Madrid, va tan sobrada que planta a la Botella, Aznar y Santamaría en el adiós a Madrid de la alcaldesa. Decidió ir a la pradera de San Isidro a beber a morro con los colegas.

El carnicero inmaculado por el pesoe…, un educado exministro, hoy catedrático de Metafísica, Angelote aseguró que la “única forma de poder salir de esta crisis es la educación”, una educación, según dijo, que “debe responder a las demandas sociales, no a las económicas, para así mantener el bienestar social”. Por fin, una idea.

IU o unión popular, o lo que queda de ella en la película, se dedica a jugar con los actos de habla, como diría John Searle. Con la única excepción del viejo Llamazares que hace de Paco Rabal. Un candidato al Goya.

Ciudadanos, o ciutadans, son el suspense de la peli. Con Albert se acaban las cotufas.
El cura Iglesias de Podemos o Pudimos pidió el voto a los “socialistas de corazón”, el de los muermos, que ya lo son de él. Como siempre, chulesco: “Estoy esperándote, Mariano. Yo vengo del pueblo y lo soy. Usted, señor Rajoy, es el mayordomo de los ricos”. Un rollito más visto que el TBO. Por aquí, lo de siempre. Marcándose con las plataformas, el musgo y esperando a lo que contará Chaves de nuestro Bárcenas tinerfeño, por lo que avanza, malo, malo.
Estaba leyendo cuando leí a San Agustín: “Crean lo que aprenden, enseñen lo que creen y practiquen lo que enseñan”.