El Juzgado de lo Penal Número 8 de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a un total de cinco años y tres meses de prisión a un profesor lagunero como autor de dos delitos de abusos sexuales, uno de ellos continuado, en sentencia hecha pública ayer y que no es firme al ser recurrible ante la Audiencia Provincial.
Además, tal sentencia condena al docente en cuestión (ya desligado del centro educativo afectado) a un total de siete años de inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión. Este dato avala la actuación en el proceso de la acusación particular ejercida por el letrado tinerfeño Pedro Revilla, ya que la Fiscalía solo había pedido un total de cuatro años a este respecto.
A ello hay que añadir que el profesor en cuestión, que ejercía como jefe de estudios y profesor de Religión, también ha sido condenado a cumplir dos años de libertad vigilada, pena que se ejecutará con posterioridad a las privativas de libertad impuestas.
En cuanto a la indemnización por los daños morales a las dos víctimas, que cuando tuvieron lugar los abusos ahora considerados como probados eran menores de edad y alumnos del docente, serán de 18.000 euros en el caso del delito continuado y de 3.000 euros en el otro, además de los intereses legales.
En cuanto a los hechos, destacar que el único nexo entre ellos pasa por el profesor. Uno tiene lugar durante una actividad escolar en el propio centro y el otro, calificado por las acusaciones como delito continuado al tratarse de un incidente en 2010 y otro en 2011, en viviendas del docente. La sentencia da por hecho que el maestro, “para ganarse la confianza de sus alumnos, mantenía un trato cercano a ellos, siendo frecuentes las bromas con ellos, que estuviera en contacto con los alumnos por teléfono, a través de llamadas, mensajes de texto o WhatsApp, (…) que quedara a comer con los alumnos o incluso les llevara a su casa en su vehículo particular” y, en general, “se interesara por la vida personal, familiar e íntima de los alumnos”.