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España gana pero no enamora

Acción en la que el canario David Silva anota el único gol del partido de ayer en Bielorrusia. / REUTERS
Acción en la que el canario David Silva anota el único gol del partido de ayer en Bielorrusia. / REUTERS
EUROPA PRESS | Madrid

La selección española logró en el Borisov Arena una importante victoria contra Bielorrusia en la sexta jornada de la clasificación para la Eurocopa 2016 gracias a un gol de David Silva antes del descanso y que le permite seguir la estela de Eslovaquia, en un encuentro que los jugadores españoles fueron de más a menos.

El combinado español, obligado a no fallar para no meterse en problemas y dificultar la compra de su billete para ir a Francia el próximo verano, desbloqueó el entramado defensivo de Bielorrusia con un buen juego durante el primer periodo aunque evidenció una alarmante falta de gol que puede pasar factura a largo plazo si no se encuentran las soluciones necesarias.

Con Cazorla en el doble pivote, pegado a Busquets, España adquirió el ritmo y el dominio de partido. Combinó con sencillez, llevó el balón para ser jugado por los costados con el objetivo de ensanchar campo en busca de agujeros en la defensa de Bielorrusia y llegó hasta la frontal para culminar las segundas jugadas que se originaban con insistencia.

A España, que volvió a transmitir buenas sensaciones, le falló en determinadas ocasiones no ser más prácticos en su juego. Sobraron pases entre sí. Faltó más puntería y mejor definición, siendo Pedro el más insistente con tres remates.

De la sociedad formada por Cesc Fábregas y Sergio Ramos, que se buscaron con constancia en cada jugada a balón parado, se benefició David Silva para llevar la tranquilidad al banquillo. En el momento que más atascada se encontraba España, el canario aprovechó una salida pésimamente medida por Gorbunov a una falta lateral de Fábregas para deshacer el empate y tomar el camino a los vestuarios por delante en el marcador.

Casillas sostiene a España
La diana de Silva, la vigésimo tercera como internacional español, relajó a España. El exceso de laxitud y la escasa tensión demostrada en el segundo periodo terminó por despertar a una Bielorrusia, que se obligó a sí misma a meterse en el partido ante la relajación de su rival. De esta manera, buscó el empate y no lo encontró gracias a dos actuaciones salvadoras de Iker Casillas.

El mostoleño salvó un mano a mano contra Kornilenko y sacó los puños a un trallazo seco de Maevski desde fuera del área.
No fue la única ocasión que los bielorrusos disfrutaron y pudieron igualar la contienda si Bordachev, que se encontró un balón muerto en el corazón del área tras un córner, hubiera acertado a rematar entre palos.