El pacto del Cabildo será entre Pestana y Perestelo (P + P) y dejará fuera del Gobierno del Cabildo al PP, si no ocurre nada extraño en los próximos días. Será un pacto que firmarán, unos y otros, con la nariz tapada. Al PSOE no le apetece gobernar con los nacionalistas. Querrían reeditar el acuerdo que tan buenos resultados le ha dado con los populares, pero las imposiciones de la dirección regional del partido le obligan a cumplir con CC para no exponerse a otro proceso de expulsión que, esta vez sí, sería definitivo. Por otra parte, a Coalición Canaria tampoco le pide el cuerpo llegar a un acuerdo con uno de los dos partidos que, a su juicio, creó un cordón sanitario tras las pasadas elecciones para evitar su entrada en ningún gobierno, salvo en aquellos casos en que obtuvieron mayorías absolutas. Pero no le queda otra tampoco a los nacionalistas, que se han entendido mejor tradicionalmente con los populares, al menos de momento. Y como una patada en la canilla no se puede dar a los dos contrincantes a la vez por el daño del pasado mandato, vaticino que este acuerdo no llegará ni a la mitad de la legislatura, de manera que CC pueda dar, en diferido, un cachetón también a los socialistas con el apoyo de los populares, con ganas de gobernar y de venganza después de que el PSOE los dejara en la estacada. Pestana es consciente de que este pacto con CC va a ser bien digerido por la dirección del partido, pero no por buena parte de la militancia ni de la sociedad. Perestelo sabe que CC necesita entrar en el gobierno de las instituciones y desde ahí empezar a recuperar la posición de liderazgo que ocupaban en la mayoría de las plazas de la Isla, a la vez que desgasta a sus opositores haciéndoles incurrir en contradicciones y enfrentándolos.
Se avecina un mandato convulso en lo político y más atento al contrario que a la labor de gobierno, precisamente cuando La Palma necesita más que nunca de un impulso. Tanto Fernando Clavijo como Patricia Hernández se comprometieron a hacer una apuesta especial por la Isla Bonita, con planes específicos para su crecimiento económico. Espero que la prioridad que ambos candidatos daban a La Palma no fuera solo para escenificar este espectáculo dantesco de reparto de poltronas que se está negociando estos días, decidiendo en Tenerife quién gobierna y cómo en La Palma, sino que se plasme en los primeros Presupuestos que aprueben con medidas reales, si es que llegan juntos entonces. Porque todavía queda por jugar la partida definitiva: las elecciones generales.