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Ni hay subdelegado ni se le espera

Imagen parcial de una manifestación de protesta por los recortes frente a la Subdelegación de Gobierno, en Santa Cruz de Tenerife. | FRAN PALLERO
Imagen parcial de una manifestación de protesta por los recortes frente a la Subdelegación de Gobierno, en Santa Cruz de Tenerife. | FRAN PALLERO

No hay subdelegado del Gobierno en Tenerife y, visto el tiempo transcurrido, no se descarta que tal nombramiento no lo realice el Ejecutivo que surja de las urnas antes de fin de año, ya que por ley se celebrarán elecciones generales en España antes del próximo 20 de diciembre.

Esta vacante se produce como consecuencia del cese de Guillermo Díaz Guerra, que abandonó el cargo para presentarse a las recientes elecciones autonómicas. Número uno de la lista del Partido Popular por la Isla de Tenerife, Díaz Guerra ya ha tomado posesión de su acta como diputado, pero la Subdelegación provincial sigue, 71 días después de su marcha, con una vacante en su cúspide.

Mientras el Gobierno se decide a nombrar a la sexta persona que ocupa este cargo, creado en 1997 a raíz de la desaparición de los gobiernos civiles, es el secretario general, Francisco Javier García Madariaga, quien ejerce las funciones propias del subdelegado, tareas que no le son ajenas pero que, en ningún caso, se habían prolongado tanto tiempo. Aunque no hay una argumentación oficial al respecto, a buen seguro que las dificultades para nombrar al nuevo subdelegado pasan por los requisitos legales existentes para el cargo y la concepción utilitarista que nuestros políticos tienen de la vida pública.

REQUISITOS Y UTILITARISMO
Con respecto a las exigencias, están recogidas en el punto segundo del artículo 2 del Real Decreto 617/1997, de 25 de abril. Para ocupar el cargo en cuestión hay que pasar un doble listón: por un lado hay que ser funcionario de carrera del Estado, de las Comunidades Autónomas o de las entidades locales; por otro, deben estar en posesión del título de doctor, licenciado, ingeniero, arquitecto o equivalente.

Lamentablemente, no abundan en los partidos políticos las personas que cumplan tales requisitos, al punto que tanto el PP como el PSOE suelen encontrarse con problemas para nombrar subdelegado, circunstancia que no se repite con el delegado del Gobierno, cargo que sólo requiere el plácet de la organización política de turno.

Si a ello le añaden que las expectativas de las próximas generales apuntan a un relevo del partido del Gobierno, el hecho de que el cargo sea presumiblemente sólo para cuatro meses disuade a posibles aspirantes.

Los dos nombres que han sonado están prácticamente descartados. Por un lado, Pilar Merino (que ya fue subdelegada del Gobierno) repite como consejera del Cabildo Insular; por otro, Maribel Oñate anunció su adiós a la vida pública al enterarse por la prensa de que el PP no contaba con ella en las listas para los comicios autonómicos y locales del pasado mes de mayo.

[sws_grey_box box_size=”100″]Cinco antecesores
Heliodoro Rodríguez (1997-2000). Último gobernador civil y primer subdelegado del Gobierno en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Del PP, falleció de un infarto en 2013.

Pilar Merino (2000-2004). Marquesa consorte de Villafuerte, de la Subdelegación pasó al Gobierno y de allí al Cabildo Insular, donde repite como consejera. Del Partido Popular.

Carlos González Segura (2004-2007). Destituido por sorpresa en la etapa de José Segura, el lagunero es hoy director insular de Seguridad en el Cabildo. PSOE.

José Antonio Batista (2007-2011). Era director insular de La Palma cuando fue nombrado. PSOE

Guillermo Díaz Guerra (2011-2015). Fue concejal en Santa Cruz de Tenerife antes y ahora ya es diputado del Parlamento regional. PP.[/sws_grey_box]