Esta obra teatral de “pactos y sueldos” la vi hace cuatro años con el mismo guión y protagonistas. Actores fijos: Barragán/Ruano, de CC, y en frente, Espínola/Julio Cruz, del PSC-PSOE. ¿Recuerdan? Argumento: futuro Gobierno canario “alegal”. Fuera de escena, la dirección Clavijo/Patricia, esperan el final del reparto del pastel, incluyendo sus expresas imposiciones: presidencia, consejerías, viceconsejerías, direcciones generales, empresas públicas, consejos de administración, echaderos de prensa, asesores y parientes agregados. ¿El programa?, eso es secundario, se hace en un pispás. Primero cerrar los pactos municipales allí donde se pueda, los indisciplinados que hagan lo que les salga de las pelotas, porque les guste o no, el pacto regional se hará sí o sí. Además, el reparto de poder y enchufados, está prácticamente decidido, “algún flequillo pendiente”, pero de escasa relevancia.
Los que manejan el cotarro piensan, que a pesar de las críticas sobre programas y compromisos políticos, eso es para el final. Basta una síntesis de los programas electorales de ambos partidos, CC y PSC-PSOE, previamente apañados para comparecer ante el electorado con el mayor consenso posible; y de colofón, un manifiesto de impoluta redacción literaria, que marcará los pilares de salvación de los canarios para los próximos cuatro años (crisis, empleo, sanidad, educación, asuntos sociales y ley de dependencia).
¿Y de sueldos y privilegios? Por favor señores, un poco de seriedad, a sus señorías los diputados/as y cargos de confianza, cuánto más se les pague y mejor puedan desarrollar su trabajo, mejor para los súbditos y vasallos. ¡Que nadie se queje!, hemos acordado que el sueldo se equiparará al que ganaban en su trabajo privado o público. ¿Y el que no tenía trabajo?: ¡salario mínimo! ¿Y el abogado que ganaba en su consulta 3.500 euros/mes?: 2.200 euros brutos/mes. ¿Y sí no le interesa?: ¡Que se mande a mudar, que nadie lo llamó! Lo primero, y sobre todo: ¡El pueblo!