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El ‘patio trasero’ de Santa Cruz

Foto ANDRÉS GUTIÉRREZ
Foto ANDRÉS GUTIÉRREZ

NATALIA TORRES | Santa Cruz de Tenerife

Papas, viña, hortalizas o cereales, son algunos de los cultivos que aún pueden verse en el municipio de Santa Cruz, el mismo que quiere tener vocación turística, en el que el sector servicios es el motor de la actividad económica y en el que, a pesar de todo, todavía quedan vecinos que ven en la agricultura no solo una forma de vida, sino también de sustento. El Ayuntamiento de Santa Cruz no tiene concejalía de Agricultura (es posible que nunca la haya tenido), lo que hace que los agricultores no tengan un interlocutor directo en el Consistorio. El Cabildo de Tenerife es la administración más cercana pero también la que, a pesar de contar con un extenso programa de fomento de la agricultura, a través de las oficinas de Extensión Agraria, no cuenta con ninguna en el municipio. Tampoco el Gobierno de Canarias sitúa alguna de las sedes de la Agencia de extensión agraria en la capital. Es cierto que la actividad agrícola no ocupa un espacio destacado (sólo 768 hectáreas) como sí lo hace en la vecina La Laguna que multiplica por cuatro la superficie agrícola de Santa Cruz, pero como contrapartida cuenta con un lugar eminentemente rural como su propio nombre indica, el Parque Rural de Anaga. Junto al macizo, otra área en la que aún la agricultura es una actividad productiva complementaria como es la del Distrito Suroeste.

En este último distrito, vive Felipe Díaz Reyes. Toda su familia, y él mismo hasta hace poco, han cultivado la tierra. Una forma de aportar ingresos extras a la economía familiar en su caso pero también una afición inculcada por su padres. Ya no cultiva. “La falta agua, unos precios que no compensan y la tecnología que haría más fácil el trabajo que tampoco llega”, señala Díaz como motivos. En definitiva, “demasiado trabajo”. La vida de este vecino se desarrolla en el El Tablero, en ese lugar que algunos llaman el granero de Santa Cruz pero que cada vez tiene más de caserón abandonado que de fértil lugar de cultivo. Es un firme defensor de la agricultura, de su fomento, y reclama al Ayuntamiento de Santa Cruz más ayuda. Dice haber trasladado en más de una ocasión a los distintos partidos la necesidad de fomentar lo que él denomina “la restauración del paisaje agrícola”. “Hay que enseñar a la gente qué es el paisaje rural, reconstruir las paredes de las parcelas de cultivo, de las huertas de toda la vida, y dejarlas listas para volver a producir”.

En El Tablero hay mucha gente que vive de la agricultura y otros tantos que, tras perder su trabajo, retoman el empeño en la tierra como una salida. “No son grandes producciones pero sí que se venden a Mercatenerife y permiten un complemento a la economía familiar”, reconoce Díaz. La verdura de hoja es el fuerte de esta zona de Santa Cruz en la que se cultiva desde perejil, pasando por berros, acelgas o cilantro, hasta llegar a las espinacas y lechugas. Productos todos ellos a los que el sello de El Tablero les da una garantía de calidad.
Critica Díaz que el Ayuntamiento capitalino no tenga concejalía de Agricultura, (Medio Ambiente es el área que más se acerca reconocen desde el Consistorio pero aclaran que sin competencias en ese apartado).

Anaga

Pero si el Suroeste aún sigue luchando por ser un sector que tire de la economía local, en el otro extremo de la capital está Anaga, un macizo que está salpicado de pequeños cultivos y donde son más los terrenos abandonados que los que están en producción. En Taganana vive Luján González, presidente de la Asociación de Vecinos La voz del Valle, y al igual que Díaz, lleva toda la vida pegado a la tierra, “como casi todos en Anaga” señala.

A diferencia del Suroeste, reconoce González que en Anaga predomina la agricultura de autoconsumo porque “la producción para exportar ha ido retrocediendo ante la falta de ayuda de las administraciones”. “La gente lo deja porque no es rentable”, añade. En Anaga, predomina el policultivo, con la papa y la viña como protagonistas, pero también árboles frutales y hortalizas. La cabaña ganadera, al igual que en el Suroeste, también es importante con predominio de la caprina.

González se muestra muy crítico con el Consistorio al que acusa de no haberse interesado jamás por Anaga, “nos han tratado como el patio trasero del área metropolitana”, dice. “Cuando tenía que haberse comprometido no lo hizo y ahora, si no se hace algo ya, es un sector que acabará desapareciendo”, añade.

Para este dirigente vecinal desde el Consistorio solo se apuesta por el turismo, olvidándose del paisaje agrario “y del paisanaje” que vive de él. “La agricultura en Anaga es algo más que una actividad productiva, es una forma de vida identificada con miles de años de historia”. Aclara que “no se trata de vivir en el pasado” sino de apoyar una actividad desde la administración como por ejemplo “enseñando a los agricultores técnicas de cultivo de montaña que ayuden a mejorar el rendimiento”. Lamenta que el Ayuntamiento, al igual que criticó Díaz, no valore lo que significa el autoabastecimiento de la ciudad. González concluye reconociendo que la declaración de Anaga como Reserva de la Biosfera genera “desconfianza”, no porque no valoren el reconocimiento, sino por quienes lo van a gestionar.

Más del 50% está abandonado

El último mapa agrícola de Tenerife fue elaborado por el Cabildo de Tenerife para la cosecha de 2007-2008, año en el que en Santa Cruz tenía 768 hectáreas de suelo agrícola, de las que más de la mitad estaban sin cultivar. Los datos más recientes sobre el tipo de cultivos son de 2013 y los recopila la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias. Ese año había en la capital 219 hectáreas cultivadas. Sí se compara con la superficie cultivada de 2008, la reducción es superior al 30%. Los cultivos herbáceos ocupaban 109 (46 de secano y 63 más de regadío). Estas producciones se corresponden con papas, cereales y hortalizas. En cuanto a los cultivos denominados leñosos, en 2013 había 79,90 hectáreas cultivadas de secano y otras 31,30 de regadío. Estas están ocupadas principalmente por viña y árboles frutales.