TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife
Si la inmigración no lo remedia, la provincia de Santa Cruz de Tenerife sigue su lento pero imparable avance a una sociedad cada vez con mayor presencia de la tercera edad.
Así lo atestigua el Índice de envejecimiento publicado el pasado lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que se situó referente a 2014 (resultados definitivos) en las cuatro islas occidentales en 107,04, prácticamente cuatro puntos por encima del año anterior y siete en relación a 2012, año en que se igualaron los residentes provinciales de 65 años de edad o más con los menores de 15 años.
El Índice de envejecimiento expresa la relación entre la cantidad de personas adultas mayores y la cantidad de niños y jóvenes. Se calcula obteniendo el cociente entre personas de 65 años y más con respecto a las personas menores de 15 años, multiplicado por 100. Así, un valor de 10 significa que hay 10 adultos mayores (de 65 años y más) por cada 100 niños y jóvenes (menores de 15 años).
Del envejecimiento que se produce en esta provincia da buena cuenta el hecho de que el índice en cuestión se ha multiplicado en los últimos 34 años, al punto de que en 1991 era de 43,89. Diez años después, en 2001, ya marcaba 75,01, mientras que en 2011 se situaba en 97,28.
El Índice de envejecimiento de la provincia de Santa Cruz de Tenerife sigue sin llegar siquiera a la media estatal, marcada en 112,23, y desde luego se encuentra muy lejos de las provincias con la población más envejecida de España, que son las gallegas Ourense (287,08) y Lugo (269,85) y las castellanas Zamora (272,91) y León (218,27).
Sin embargo, la comparación adecuada es con la provincia de Las Palmas, que con un índice de envejecimiento de 82,90 se mantiene entre las menos envejecidas. A este respecto cabe apuntar que si bien en el año 1991 este baremo ya era superior en esta provincia que en la de las islas orientales, la diferencia era inferior (43,89 la tinerfeña; 34,75 la de Las Palmas).
Migración: a la inversa
Otro dato fundamental para conocer la estructura y composición de la población de un territorio es el llamado saldo migratorio, que es el balance que existe entre la inmigración y la emigración en un determinado lugar y que se mide la unidad por cada mil habitantes.
La estadística del INE desvela a este respecto un dato muy relevante respecto a Canarias, ya que el saldo migratorio es negativo en la provincia de Las Palmas y positivo en la de Santa Cruz de Tenerife, lo que acentúa aún más el dato de envejecimiento de la población local en las islas canarias occidentales. Según el INE, en 2013 se registró en las islas orientales un saldo migratorio de -0,69, lo que implica que se fue más gente de la que llegó. Por contra, en la provincia tinerfeña quedó en 5,22. Para obtener alguna perspectiva, reseñar que en 2008 (dato más antiguo disponible) Santa Cruz de Tenerife ofreció un 12,15 y Las Palmas un 11,20.
Sea como fuere, las dos provincias canarias se sitúan lejos de la media estatal, cuyo saldo migratorio es de -5,39. Es más, sólo Málaga cuenta -al igual que la provincia tinerfeña- con un saldo migratorio positivo en 2013.
Una buena idea de lo que ha supuesto la crisis socioeconómica actual en cuanto a movimientos de la población en España lo da el hecho de que en 2008 la media estatal era de 6,75. Ese mismo año, en provincias como Almería, Islas Baleares, Cuenca, Lleida o Zaragoza dicho saldo era positivo en dos cifras, tal y como ocurría en las dos provincias canarias.