El Ayuntamiento de Santa Cruz está ultimando la modificación de la ordenanza de limpieza con la inclusión de sanciones de entre 500 y 2.000 euros para las personas que ensucien las vías y el mobiliario público.
El documento definitivo se presentará en septiembre y se espera que entre en vigor antes de final de año, ha declarado el concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, durante presentación de los nuevos medios y vehículos del servicio de limpieza.
El objetivo, ha señalado, no es “recaudar más” sino fijar unas sanciones “ejemplares” que sirvan como elemento disuasorio contra la gente que se dedica a ensuciar, hacer grafittis o incluso, quemar contenedores.
El alcalde, José Manuel Bermúdez, ha señalado que la capital chicharrera sigue “declarando la guerra a la suciedad con más medios materiales”, al tiempo que ha insistido en hacer un “llamamiento a los vecinos” en la línea de que “la mejor manera de mantener la ciudad limpia es no ensuciarla”.
Así, este jueves han empezado a operar dos nuevos hidrolimpiadores que servirán principalmente para acometer labores de refuerzo y zafarrancho de limpieza en los barrios del municipio. “Son equipos más cómodos que nos permiten llegar a muchos más rincones, van a presión y van a permitir sacar manchas de más resistencia”, ha explicado.
El Ayuntamiento invierte más de 1,4 millones en mejorar la recogida selectiva con vehículos para vías estrechas, menos ruidosos, y el soterramiento de contenedores. Concretamente ya se han colocado 15 con capacidad para 3.000 litros.