Tecnología para la incomunicación

Avanza la tecnología y retrocede la comunicación. Una paradoja más del loco mundo del que disfrutamos hoy en día. No ha existido otra época en la que los seres humanos, estén donde estén y vivan donde vivan, cuenten con una oferta de herramientas para comunicarse tan amplia como en este siglo XXI. De hecho, se acuñan términos para definir a las nuevas generaciones, a todos esos a los que, casi desde la cuna, se les ha entregado el manejo de teléfonos móviles, tabletas y ordenadores.

La avalancha tecnológica, la obsolescencia programada, esa caducidad oculta que esconden los nuevos aparatos en su genética, y la promoción salvaje de un consumismo que ya tenemos inoculada bajo la piel hace posible la tormenta perfecta de la incomunicación. No me van a negar que ya estamos en todo el planeta con la nueva inquietud tecnológica, la actualización permanente de aparatos, programas y aplicaciones. Todos pretendemos estar a la última, y somos capaces de pagar 600 euros por un teléfono móvil, en el mal llamado primer mundo, y el equivalente a 60 euros por un terminal antiguo y obsoleto en muchos países de África. Presenciamos un negocio perfecto, han creado una necesidad casi vital y pautado los avances tecnológicos al ritmo de las cuentas de resultados empresariales. Y por supuesto, todos aquellos que renuncian a entrar en esta noria, por convicción o imposibilidad, comienzan a convertirse en marginados de esta sociedad hipercomunicada.

Lo más curioso es que, estudios recientes realizados por empresas nada sospechosas de controlar nuestras comunicaciones como Yahoo, y únicamente refiriéndose al uso que hacemos del correo electrónico ya constatan que en nuestros correos empleamos cada vez menos palabras y menos tiempo en contestarlos. Ahora hay que ser rápidos, aunque sea para no decir nada y adjuntar unas risas o emoticonos a una conversación. Si ya me parece grave, lo que realmente me preocupa es la incomunicación de nuestros jóvenes, porque son esos denominados nativos digitales los que con más tecnología a su alcance menos cosas dicen.