EUROPA PRESS | Santa Cruz de Tenerife
Uno de cada cuatro jóvenes canarios menores de 30 años no dispone de los ingresos mínimos para mantener un adecuado nivel de vida -a razón de unos 450 euros mensuales por persona en el hogar-, según datos del informe Juventud y Crisis 2007-2013 elaborado por el Observatorio Canario de la Juventud.
El estudio, presentado este lunes en rueda de prensa por el director general de Relaciones Institucionales, Participación Ciudadana y Juventud del Gobierno de Canarias, Teófilo González, y el doctor en Sociología, José Saturnino García, señala también que la temporalidad laboral ronda el 60% para los jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y los 24 años -frente al 25-30% del resto de la población-.
Por ello, el informe alerta sobre la creación de un nuevo grupo social, el ‘precariado’, un colectivo de personas que se mueven entre la integración y la exclusión social y que se caracteriza por la inestabilidad en el empleo y periodos variables de paro, afectando principalmente a los jóvenes, los inmigrantes y las personas con baja cualificación.
El estudio pone de manifiesto que la crisis conlleva la pérdida de poder adquisitivo de los jóvenes, con un salario medio que ha caído un 22% desde 2007 al pasar de 1.022 euros mensuales a 800, mientras que ese descenso solo ha afectado un 3% al resto de la población.
Además, Canarias ha perdido más 66.000 jóvenes desde 2007, cuestión que el profesor García atribuye principalmente a la bajada de la natalidad y no tanto a una posible emigración, aspecto que en las islas es más difícil de cuantificar porque al haber un incentivo para los billetes aéreos, no hay bajas en el padrón.
La crisis ha impulsado la vuelta a las aulas de los jóvenes canarios, de tal manera que el abandono escolar temprano ha bajado del 36,4% al 23,8%, si bien es mucho mayor entre los que tienen padres con estudios obligatorios (39,2%) que los de estudios superiores (12,2%).
En general, los ‘ninis’ en Canarias oscilan entre el 3 y el 8%, siendo “más frecuentes” entre los jóvenes de orígenes populares, que al mismo tiempo, son los más afectados por el incremento de la desigualdad y la pobreza.
Como soluciones, García ha propuesto una acción “de conjunto” ya que planteamientos enfocados únicamente a este segmento de la población son “parches”, por lo que espera planes transversales, remarcando que aunque la Prestación Canaria de Inserción (PCI) es mejorable, “va en la buena dirección”.
La precariedad va a continuar
García no ha ocultado que si la economía mejora en los próximos años, la situación de los jóvenes mejorará, si bien probablemente seguirá la precariedad debido al “debilitamiento” de la fuerza sindical y los cambios legislativos vinculados a la reforma laboral.
Con este diagnóstico, González ha señalado que la Dirección General trabaja en un plan “transversal” basado en que los jóvenes adquieran más “competencias” durante su formación; que completen sus estudios; promover mayor estabilidad laboral y reintegrar a los ‘ninis’ que están “fuera de radar”.