el diván

Alimenta la paciencia

¿A dónde vamos con tanta prisa? Vivimos aceleradamente y a un ritmo vertiginoso donde nos cuesta aceptar que conseguir determinados objetivos requieren algo de tiempo. Buscamos el refuerzo inmediato con el menor esfuerzo posible, olvidando que muchas veces el refuerzo aparece a largo plazo poniendo pasión, trabajo duro, entusiasmo y cuidado para lograrlo. Pisamos con fuerza el acelerador y entramos en una carrera contra el tiempo asumiendo riesgos como la ansiedad, el mal humor, la intolerancia, la ira, el nerviosismo y la pérdida de la serenidad. La paciencia es una cualidad que no sólo está vinculada al logro de objetivos sino que también es necesaria para nuestras relaciones y para que el estrés no interfiera en nuestra salud. Todos a menudo nos ponemos nerviosos y perdemos la paciencia, aun sabiendo que la solución más adecuada sería mantener la calma. Perdemos la paciencia con familiares, amigos y hasta con desconocidos. Muchas veces creemos que la vida nos dice no, cuando sólo nos dice espera, y justo esto es la raíz del problema. No sabemos esperar, porque creemos que deberíamos tenerlo todo y deberíamos tenerlo ya, y cuando vemos que no es así, aparecen dos emociones muy negativas que atentan contra nuestro bienestar: la ira y la frustración. Emociones que podemos prevenir con la santísima paciencia.

La clave de la paciencia es hacer algo mientras esperas. Si pones el foco únicamente en el resultado, la espera se te va a hacer eterna y aparece la sensación de desespero. Si el tiempo de espera te provoca dolor, piensa que ya lo estás intentando. Te estás esforzando en lo que está de tu mano, pero, te guste o no, existe la parte que no depende de ti y poner el foco en ello no te ayudará. Debes aprender a esperar manteniendo tu mente ocupada en otras cosas. Si vas en la dirección correcta todo lo que debes hacer es continuar. Y recuerda que la impaciencia, la desesperación, la apatía y la falta de voluntad siempre serán nuestros más difíciles obstáculos. ¡Evítalos!

No te alteres por nimiedades. La calma es la mejor manera para manejar situaciones críticas y de estrés. Afrontaremos el tiempo de espera y las dificultades de una forma más positiva y constructiva. Que alguien se cuele en la cola del supermercado, que te encuentres en un atasco de tráfico o que olvides la llave de casa son sucesos desagradables pero no catastróficos y por mucho que te saquen de tus casillas y sueltes por la boca sapos y culebras, no solucionarás nada. Lo único que conseguirías es generarte malestar, estrés y ansiedad de manera gratuita. Ahorra tu energía para cuando realmente la necesites. Hay situaciones en la que no merece perder los nervios.

Añade humor a la situación. De lo que se trata es de quitarle hierro al asunto y poder ver la situación desde otra perspectiva para así después poder hacer con calma lo que esté en tu mano. ¡Saca tu lado cómico! Es mejor opción que dejarse llevar por la emociones de la impaciencia.
Recuerda que la paciencia infinita produce resultados inmediatos.

*PSICÓLOGA
tamaraconsulta@gmail.com