1. A este Sánchez o le falta un agua o un tornillo, me parece que lo primero. Ayer se desgañitaba contra Rajoy diciendo poco menos que el presidente español se aprovechaba de los pobrecitos griegos para sus asuntos electorales. Claro que peor era el Coletas, que le chillaba -pero textual- a Tsipras: “¡Aguanta, Alexis, que ya llegamos nosotros!”. Tremendo desatino contrasta con el poco caso que le hizo su amigo Alexis en Estrasburgo, cuando Pablete, de camisa roja, lo fue a saludar y a jalear. Ni puto caso, pero ni puto caso le hizo el griego, que ahora es todo un personaje en Europa, merced a sus propios despropósitos: matar económicamente a su pueblo. Estos dos líderes españoles, el tal Sánchez y el Coletas, están perdiendo los papeles. Y el PSOE mantiene una peligrosísima derrota; sus dirigentes históricos están empezando a asustarse. Y Sánchez la ha cogido meona con Rajoy, al que hace responsable de todo lo que ocurre en el universo mundo..
2. La Europa Unida ha puesto a Grecia en el disparadero. Tsipras tendrá que aprobar leyes muy duras para él si quiere los 85.000 millones de euros del tercer rescate, con sus fondos públicos intervenidos, la Troika en Atenas, las pensiones congeladas o reducidas y el IVA para arriba. Justo lo que Tsipras combatió cuando accedió al poder. Un castigo para el pueblo griego, al que le hicieron creer que la deuda no había que pagarla, ni en su principal ni en sus intereses. La demagogia es el peor enemigo de los pueblos civilizado. Los muy civilizados no tragan; España y Grecia, sí.
3. Yo, si les digo la verdad, estoy hasta el moño de escribir de Grecia; no me hace ninguna ilusión. Pero es lo que hay. Cómo un país insignificante en el concierto europeo moderno -en la época clásica su papel fue preponderante y espléndido, claro- puede desestabilizar tanto a la poderosa Europa de la unidad, de la moneda única y de una organización complicada pero casi perfecta. Tsipras es un bluff, lo mismo que el Coletas y lo mismo que el galán Sánchez, émulo de ZP y con el mismo poco seso que él. Nos queda mucho que aguantar. ¿Resistiremos?
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