LUNES MINERAL

Controvertida financiación

Prácticamente al unísono. El nuevo presidente canario, Fernando Clavijo, recién investido, anunciando como objetivo prioritario la revisión del modelo de financiación autonómica, dado el deterioro de la posición que ha sufrido Canarias en el período comprendido entre 2001 y 2012; y nuestra comunidad, votando en contra, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, de los objetivos de déficit fijados por el ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas para los próximos tres años. Que había y hay graves tensiones financieras es un factor que hace difíciles las relaciones Estado-Canarias, independientemente de ser un sustrato permanente de controversia y tirantez política. La capacidad tributaria de Canarias tiene un peso muy bajo en relación a otras comunidades autónomas. Los sistemas que antecedieron al actual, al basarse en la suficiencia financiera, ha producido una sensible reducción de las posiciones canarias al quedar afectadas las asignaciones presupuestarias de nivelación. En el acuerdo de gobernabilidad suscrito por nacionalistas y socialistas para afrontar la novena legislatura, se insiste en que el modelo de financiación autonómica respete su legítima menor capacidad fiscal en aras de proteger el bien superior. A partir de ahí, el nuevo gobierno canario tendrá que esmerarse para convencer a los responsables del ministerio que el mantenimiento de Canarias en el sistema general de financiación, en el denominado Régimen Común, se desarrolle con especial atención a sus singularidades fiscales. La apelación a la solidaridad interterritorial, a la espera de medidas correctoras, debe seguir siendo una constante. De momento, los objetivos de déficit fijados por el ministerio para los próximos tres años no convencen. Tal es así que Canarias votó en contra al considerarlos “arbitrarios y desproporcionados en perjuicio de las comunidades autónomas y en beneficio del Gobierno central”. La disminución desde el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) exigido para este ejercicio al 0,3% en 2016 y al 0,1% en 2017, hasta alcanzar el equilibrio presupuestario en 2018, resultan inaceptables. El anterior consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias, Javier González Ortiz, fue tajante al calificar de perversa la distribución hecha por el ministerio. La gravedad para Canarias viene dada porque “suponen 800 millones de euros menos anuales que la media de las comunidades”. Así las cosas, será difícil plasmar el cambio de modelo económico también consignado en el Pacto por el crecimiento y el progreso social y económico de Canarias que depende también, claro, de otros factores como los incentivos fiscales, las medidas de política fiscal y el fomento de posicionamientos estratégicos. Un cambio que pasa por una mayor competitividad en el escenario internacional y por una mayor equidad en la distribución de la riqueza. En definitiva, que para empezar a hablar y con perras de por medio, la cosa sigue pintando negra. Habrá que confiar en que los gestos de galantería política y las declaraciones de buenas intenciones amontonadas durante estos días se traduzcan en hechos palmarios que hagan ver, fundamentalmente, dos cosas: una, que la nueva política es fehaciente y ha llegado para quedarse; y la otra, que la ciudadanía puede albergar esperanzas con fundamento, especialmente a la hora de pensar en mejores condiciones de vida.