POLÍTICA

“Estoy vivo porque he tenido mucha suerte”

Ricardo Melchior. / SERGIO MÉNDEZ
Ricardo Melchior. / SERGIO MÉNDEZ

Desde hace casi dos años, Ricardo Melchior está alejado de la política, salvo su presencia testimonial, el 24 M, en la cola de la lista a La Laguna de su partido, Coalición Canaria (CC). Y en esta entrevista con DIARIO DE AVISOS se declara, abiertamente, disponible en la reserva para asumir nuevas responsabilidades. En otro caso, estudiaría las ofertas que ha recibido de Alemania y África, donde tiene buenos amigos. En Senegal pusieron su nombre a una avenida de Saint Louis. Resta importancia a las dudas del pacto recién nacido: “Espero que el descontento de Javier Abreu sea una serpiente de verano”, afirma.

En el verano de 2013, Melchior dejó paso a Carlos Alonso al frente del Cabildo de Tenerife, desde el que hizo realidad el sueño de crear un centro tecnológico de energías renovables puntero en Europa, el ITER, que cumple 25 años, y trabó amistad con uno de los líderes más influyentes del mundo, Bill Clinton. Paseando por las calles de Nueva York con el expresidente norteamericano, le ganó la sencillez del estadista, que años antes había experimentado sentado en un avión, casualmente, al lado de la madre Teresa de Calcuta. “Yo creo que lo más importante, como decía mi amigo Ricardo Tavío, es ser persona”, afirma convaleciente de un accidente de tráfico que estuvo a punto de costarle la vida.

-¿El 7 de abril volvió a nacer?
“Volví a nacer. De pronto, me encuentro boca abajo, me toco, y digo: “¡Estoy vivo!”. Veo llegar a los bomberos, cortaron con la cizalla el coche por detrás, se metió la enfermera del Servicio Canario de Salud, me colocó debajo una tabla, los bomberos me extrajeron y me fui en la ambulancia. Camino del HUC, sonó el teléfono tres veces: mi hijo Ricardito, Fernando Clavijo y Aurelio Abreu. “De esta escapé”, les dije. Me operaron la mano izquierda para reconstruirme tres dedos, y el astrágalo del pie izquierdo. Me enyesaron la pierna y estuve tres meses con un corsé por una pequeña fisura en la columna. Ahora hago rehabilitación, camino con muletas y uso una especie de scooter eléctrico que me prestó un amigo para moverme por la casa. A finales de julio quiero estar caminando. Y el 7 de septiembre haré el Socorro a pie”.

-¿Cuál fue la causa?
“Iba a El Médano, a pasar la noche, y estaba cansado. Pienso que me dormí, y mi consejo es parar aunque estés a tres minutos de tu destino. Estoy vivo porque he tenido mucha suerte. Estoy muy agradecido a los servicios de emergencia y del hospital”.

-¿Y en la carretera le había visto antes las orejas al lobo?
“Sí, el 19 de septiembre de 1999, el año que fui presidente del Cabildo, sufrí otro accidente de tráfico en Francia. A las siete y media de la mañana. Iba de San Sebastián a Burdeos, porque me hacían cofrade de la cofradía más antigua del mundo, que es la de Saint Emilion. Estaba lloviendo, hice aquaplaning y me pegué un taponazo. También me toqué y dije, “estoy vivo”.

-Volver a nacer. ¿Y volver a la política?
“Depende de a qué política. A una corporación local ya no tras 26 años en el Cabildo. Igual que Adán Martín me dio una oportunidad cuando tenía 40 años, ahora toca coger el testigo a los más jóvenes. Pero en los parlamentos nacionales, Senado o Congreso, pues sí”.

-¿Le dejó buen recuerdo el Senado?
“Pasé cuatro años muy fructíferos”.

-¿En su retiro ha recibido ofertas fuera de las islas?
“De Alemania y África.Me han ofrecido cosas tentadoras, que saben que me gustan. Desde el Cabildo impulsé mucho con Carmen Delia Herrera las relaciones con países de África, que es nuestro continente, y siempre he fomentado las energías renovables y las estrategias de desarrollo. Por esta faceta he conseguido cosas como ser doctor honoris causa de la Universidad Nacional de Irlanda y Caballero y Comendador de la Orden Nacional del Mérito en Francia, y el año pasado recibí la Gran Cruz al Mérito Civil de Alemania. Es un gran honor. Yo era el único no alemán miembro del Instituto de Energía Solar de Alemania, en el que había tres ministros, y en Venecia me pidieron que presidiera la sesión del Consejo Solar Mundial. Hemos hecho muy buenos contactos en Europa, como mi buen amigo el eurodiputado alemán Joachim Zeller, que nos echó una mano decisiva cuando nos dejaron fuera del Plan de Infraestructuras Europeas. Y con EE.UU. es bien conocida nuestra vinculación a la Iniciativa Global Clinton”.

-¿Una especie de consultor estratégico de la isla?
“Es que no hay un organismo aglutinador. Tenemos los ingredientes, pero no el potaje. Hemos creado en todos estos años grandes ejes de desarrollo que están dispersos. ¿Dónde puedo ayudar? No sé, ya se verá. A uno le da pena que se pierda su granito de arena, estoy jubilado, en la reserva y a disposición. A mí me gustaría que la isla y que Canarias me aprovecharan todo lo posible. También el comité insular de CC me ha propuesto para presidir la Autoridad Portuaria de la provincia. Es otra oportunidad. Pero tendría que hablarlo con Pedro Rodríguez Zaragoza, que es un amigo. Ahí comencé, en el muelle, dirigiendo CAPSA (Compañía Auxiliar del Puerto, S.A.). La primera grúa de contenedores que se montó en Canarias la instalamos el 6 de abril de 1978, de sol a sol, porque de noche no se podían poner bulones en los pasadores de aquel monstruo. Mi idea es aportar mi background, mi bagaje, dentro o fuera de las islas, aunque sea asesorando desinteresadamente. Tengo 68 años”.

Richardo Melchior en su casa en el municipio de La Laguna. / SERGIO MÉNDEZ
Ricardo Melchior en su casa en el municipio de La Laguna. / SERGIO MÉNDEZ

-¿Qué le enseñó Clinton?
“La grandeza de la sencillez. Es una persona con un carisma extraordinario. Los dos fuimos caminando por las calles de Nueva York. ¡Imagínate! La gente, “¡president Clinton!, ¡president Clinton!”. Descubres al ser humano, al hombre sencillo. Clinton es cinco o seis meses mayor que yo nada más. Delante de todos nosotros, dijo, “Shimon Peres tiene veinte años más que yo, pero su cerebro funciona veinte veces más rápido que el mío”. Que eso lo diga un presidente de los EE.UU. de otro presidente implica ser un hombre normal, ser persona, como diría mi amigo Ricardo Tavío. La revista Time lo ha considerado el héroe más importante del mundo. Después de cinco minutos hablando, es como si estuvieras con un amigo de toda la vida”.

-¿Cuándo vino no se imaginaba cómo éramos?
“Tenerife le impresionó, nuestro trabajo en energías renovables. Y me enseñó el papel importante que podemos jugar en los retos a los que él dedica su fundación humanitaria: la extrema pobreza, la salud, el medio ambiente, en África. En Nueva York dijo que había estado “en las Islas Canarias, el lugar del mundo que necesitamos para que la ayuda sea eficiente”, ante más de cien jefes de Estado”.

-Ya brindaron en su día por la independencia con nuestro malvasía.
“Sí, Paco Aznar, que fue viceconsejero de Acción Exterior del Gobierno, tiene eso muy acreditado, y sostiene que en la firma de la declaración de independencia de los Estados Unidos de América en Filadelfia se brindó con nuestro malvasía, que logró entrar en barco tras dos días de retraso, el histórico 4 de julio de 1776”.

-Sus planes de bodegas y queserías…,¿dónde se labra su ADN rural?
“En Valle de Guerra. Gran parte de mi forma de ser se la debo al campo. Allí me crié y aprendí a ordeñar vacas, pisar uvas, cargar rolos de plataneras…”.

-¿Su mejor aliado ha sido Pedro Molina?
“Es un ejemplo, ahora se enfrenta con coraje a su enfermedad. Una persona íntegra, de una inteligencia natural y liderazgo impresionante. No habríamos hecho nada en ganadería sin él. Siempre lo he admirado”.

-¿Cuántos árboles plantaron usted y Wladimiro Rodríguez Brito?
“Una media de 500.000 anuales, y Wladimiro estuvo diez años, o sea: 5 millones de árboles”.

-¿Políticamente, los árboles le dejan ver el bosque?
“No me gusta lo que veo. Lo que menos me desagrada es la política canaria, esa es la verdad. La política en general me disgusta. Miro para la UE y no entiendo un carajo. Estoy viendo la política con tristeza, echando en falta a los grandes líderes de antes”.

-Usted apostó por Clavijo. ¿Celebra su llegada?
“Tenemos un presidente del Gobierno de Canarias francamente bueno. Ha sido valiente. Lo cómodo era quedarse en La Laguna. ¿Qué aporta? Muchos años por delante. Fernando es un hallazgo”.

Richardo Melchior. / SERGIO MÉNDEZ
Ricardo Melchior. / SERGIO MÉNDEZ

-¿Comparte su tesis de repensar el turismo?
“Es una reflexión que asoma periódicamente. No podemos perder calidad en un sector tan competitivo”.

-¿A la vista de la desconfianza de Carlos Alonso sobre el PSOE, este pacto llegará a buen puerto?
“Confío en que sea estable. Creo que este era el que había que hacer. También se podía haber hecho otro. Pero estoy conforme, y espero que el descontento del sector del PSOE de Javier Abreu sea una serpiente de verano”.

-¿Pasó de cien a cero?
“A cero no me quedé nunca. Antes del accidente me levantaba a las cinco y media de la mañana. No paraba. Desde los 14 años, en que murió mi padre, no he parado de estudiar, prepararme, trabajar”.

-¿Le dio el Cabildo alguna beca a su futuro presidente?
“Ya lo creo. De 25.000 pesetas. Gracias a ella pude ir a Alemania a estudiar Ingeniería Superior en Economía en Aquisgrán; en España me doctoré en Ingeniería Industrial. Allí conocí el esplendor de la residencia de Carlomagno. También pedí una beca alemana, y primero me la denegaron por carta porque fui el número trece, y eran doce, y al día siguiente llegó otra carta de Bonn dándomela. Nunca supe qué pasó:1.200 marcos mensuales. Providencial”.

-¿Sus hijos están fuera para curarse en salud?
“Tomaron la decisión, padecían lo de ser hijos de su padre,y lo entendí. Trabajan en Madrid. El mayor, Nicolás, hizo Derecho y Empresariales; el segundo, Ricardo, ingeniería industrial, ha estado en Shangai, Hong Kong y EE.UU., en cualquier momento vuela”.

-Pese a las apariencias, usted fue atleta.
“Siempre he practicado deportes. Además de jugar a baloncesto (el primer año que el Náutico lo hacía en primera división), era muy rápido y corría. El gran mecenas del atletismo, don Miguel Feria, me llamaba y, casi sin entrenar, yo iba a competir. Ahora solo puedo consolarme con haber bajado diez kilos tras el accidente”.

-¿Y el atleta ingeniero cómo recala en el Cabildo?
“Quien me capta es Adán Martín. Porque yo a todos los presidentes del Gobierno les proponía hacer el ICER, el Instituto Canario de Energías Renovables, y decían que sí, pero luego no hacían nada. Adán me dijo, “esta es tu oportunidad, vente conmigo y te apoyo en tu idea”. Así me ganó y fui con él en la lista al Cabildo. Y nació el ITER. Por parte de mi madre, un antepasado fue alcalde real de Santa Cruz, José Sansón. Y su hijo, José Plácido Sansón, poeta, fue también político, autor de un soneto precioso a la muerte de Tinguaro, con esta estrofa final: “Llora su inmensa soledad Nivaria. / Y allá del Teide en la caverna umbría / se oye: ¡Murió la independencia isleña! / Murió con él la libertad canaria!”. Era amigo de Estévanez”.

-Con la añepa(enseña guanche) en su despacho parecía un mencey. Pero no pudo traerse la momia de Madrid.
“La del Museo Antropológico. No hay que desistir. La directora era algo tremendo. Le escribí que en tal fecha y a tal hora, en calidad de senador, iba a visitar el Museo. No me contestó. Y cuando llego, me informan de que “la directora dice que tiene usted prohibida la entrada”. Entré y dije, “llamen a la policía, si quieren”. Y visité la momia con Cristóbal de la Rosa, que me acompañó”.

-Alemania es su segunda casa. ¿Qué opina de Merkel?
“Se acaba de ver que no tiene el nivel de liderazgo que se le suponía. Ella apoyaba a De Guindos como presidente del Eurogrupo y lo perdió. En la nueva UE hay que contar con muchos países pequeñitos. Si fuéramos un país de la UE no seríamos el menor, con más del doble de población que Luxemburgo y Malta”.

-¿No se habrá hecho independentista por deducción?
“Yo no soy independentista, ni lo he sido nunca, pero no lo descarto en el futuro. Creo que para eso primero tenemos que estar todos bien unidos y conocernos mejor, y después, quizá, veríamos. Lo que sí me gustaría ver es la Europa de las regiones. Tendríamos más cosas en común con las Azores o con Madeira que con Galicia”.

-¿Cuál es el Talón de Aquiles de la isla y su potencial?
“Creo que debemos aspirar a ser una isla mejor formada y erradicar la cultura de la chapuza. A mí me gustaría que la gente hablase con orgullo de nuestros logros en la ciencia, como hemos visto con los telescopios Cherenkov, y de que la Universidad de Laguna fuera un centro estrella a nivel euroafricano.Conocí a Malala Yousafzai, Nobel de la Paz, la joven pakistaní que sufrió un atentado por defender la enseñanza. Una chica entrañable. Símbolo de la formación. Pedía a los políticos que no enviaran soldados, sino maestros, libros en lugar de bombas. En las islas hay gente muy buena y poco valorada. Centros de primer nivel: el IAC, el de enfermedades tropicales, el Antonio González, o el ITER, que cumple 25 años: trescientas personas trabajando, cien titulados superiores de aquí, hablando en inglés con el resto del mundo”.

-Pero de esa isla no se habla en la barra del bar.
“Y es triste. Nosotros, Tenerife y Canarias, nos desarrollamos porque hace 500 años conectamos a América, África y Europa. Y esa conectividad se movía, dependiendo del viento, a cinco nudos. 450 años más tarde, se desarrolló la aviación comercial, a 850 kilómetros por hora, y estamos conectados con 140 aeropuertos. Ahora, hay otro medio de comunicación muchísimo más potente, la fibra óptica, que no se mueve a 850 kilómetros por hora, sino a 300.000 kilómetros por segundo, que es la velocidad de la luz, y estamos conectados con todo el mundo al instante.Esa es la fortaleza actual de Tenerife”.

[sws_grey_box box_size=”100″]EL EMBAJADOR DE ANDERSEN

En dos segundos repasó toda su vida y se dijo entonces: “No he parado de trabajar y de luchar y voy a morir aquí como un tonto”. El día anterior había llegado de Bruselas, de madrugada, y esa mañana se levantó muy temprano para volar a Fuerteventura con Sabela, su mujer. Estaba agotado, pero no quiso romper una rutina saludable: una vez al mes se iban juntos a comer pescado y descansar en la isla majorera. Cuando llegó al hotel, en Corralejo,se puso el bañador y corrió a darse un chapuzón en la playa, sin reparar en la bandera roja. “Nadé y nadé hacia fuera, hasta que las olas no me hicieron gracia. Pero cuando intenté volver a la costa, no pude. Estaba lo suficientemente lejos como para que nadie me oyese, y las pasé canutas. Fue la única vez que en dos segundos repasé toda mi vida, y recuerdo la tristeza que sentía ante una muerte tan estúpida”. Pero, de repente, pudo avanzar y llegó sin fuerzas a la orilla, arrastrándose, hasta que un bañista alemán lo socorrió. El fin de semana lo pasó en el hospital después de haberse tragado cinco litros de agua del mar. Una vez lo sacaron en ambulancia del Cabildo, porque su secretaria, María Luz Vallejo, lo vio retorciéndose con un dolor en el pecho. Eran gases. Desde los 14 años, Ricardo Melchior sabe lo que es enfrentarse a la vida real. Cuando tenía esa edad murió su padre, Ricardo Melchior Booth, de un infarto, a los 51 años. “En aquella época, como te diera un infarto, te ibas”. Los amigos creían que era un hombre rico, “pero no lo era, no había hecho sino trabajar, crear empresas y puestos de trabajo”. Lo llevaba en la sangre, Los Melchior, como todos los apellidos bíblicos, son judíos, proceden de los expulsados de Lisboa que se desplazaron hacia Amsterdam, Amberes, Hamburgo y Copenhague. En Dinamarca, los antepasados del expresidente del Cabildo tinerfeño eran unos mecenas, que acogieron en su casa a un menesteroso Hans Christian Andersen. “Mi bisabuelo le dijo, “aquí tienes tu apartamento, y no tienes que preocuparte sino de escribir”. Por esa razón, en 1975, la familia real lo nombró, en el bicentenario del autor de cuentos como El patito feo y La sirenita, embajador de Andersen en España. Tras la muerte de Melchior Booth, padre del político tinerfeño, se reveló que no dejaba fortuna (el hijo tendría que estudiar con becas), si bien su vida era el paradigma de un emprendedor. Nacido en Hamburgo, de madre escocesa y padre de ascendencia danesa, heredó el talento para los negocios de aquellos judíos de la diáspora europea que fomentaron un boyante comercio de diamantes y el auge de las navieras. Quería ser diplomático: hablaba perfectamente inglés por la madre, francés porque estudió Derecho en Grenoble, alemán por su origen natal y, por último, el español chicharrero. Una vocación que sí ha podido rozar su hijo codeándose en Nueva York con los amigos de Clinton: Carter, Kissinger, Madeleine Albrigut, Shimon Peres y Hillary, la candidata demócrata. Pero Melchior padre acabó siendo exportador agrícola y promotor de pequeñas industrias. La empresa Ebro de azúcares y alcoholes lo envió a Tenerife para explotar la posible construcción de una fábrica. Vivía en el Casino, pronto hizo amigos, como el poeta José Manuel Guimerá, y el ingeniero agrónomo Jorge Menéndez, y decidió que la única idea feliz era el negocio platanero, y fundó la Compañía Agrícola de Tenerife, la mayor de la isla. Su muerte fue un palo para Mercedes Navarro y sus cuatro hijos. “De los palos también se aprende: quiénes eran de verdad amigos de tu padre y quiénes no lo eran. No te haces desconfiado, te haces realista, detectas al que es leal y al que no lo es. Se desarrolla en ti un sexto sentido, para captar el comportamiento del ser humano, respetar a quien es sincero aunque esté equivocado y ser más duro que nunca con quien te quiere engañar. He aplicado ese principio toda mi vida”. Doña Mercedes va por los 98 años; tan constante y tenaz, que ha conseguido llegar tan lejos, aunque por ello haya sido testigo de la muerte de un hijo, de 60 años, en Washington. “Mi madre es la entereza y la bondad. Y aunque es muy fuerte, he preferido no mencionarle el accidente”.
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-¿A eso se refería cuando habló del mayor salto estratégico de los últimos cincuenta años?
“A eso. El proyecto ALIX-NAP fue un sueño que se despertó en mí tres meses antes de la venida de Clinton. Yo no entendía nada de fibra óptica. Había un monopolio y tarifas muy caras. Un informe de la Dirección General de Política Regional de la UE advertía de que las islas ultraperiféricas se alejaban cada vez más de sus territorios metropolitanos y eran menos competitivas. Eso significa en un mundo globalizado que estás out, no tienes futuro. ALIX te permite estar conectados por fibra óptica con el resto del mundo y al resto del mundo contigo. Hemos participado en los consorcios, uno de los cuales, según Sarkozy, era el proyecto más importante de la historia de África. Ellen Johnson, la presidenta de Liberia, me pidió entrar en el proyecto porque era primordial para su país. Ahora ya todos los cables que van de Europa a África o de América a Europa del sur pasan por Tenerife. Todavía esto no se ha valorado”.

-¿Hemos ido a la Luna de las telecomunicaciones y aquí sin enterarse?
“Hay gente, incluso en el Gobierno canario, que no lo entendieron. Y estamos hablando de un despegue tecnológico de décadas con la sede central en el ITER. La isla que ya se ha introducido en el futuro es Tenerife. El haber hecho el cable con la Península, el independizarnos, dando la oportunidad a otros operadores y bajar los precios, es histórico. Tenemos la herramienta, la posición geográfica y el factor humano. El otro día nos pidieron de Senegal, al máximo nivel, que les ayudemos a crear un ITER. Ayudarles es ayudarnos”.

-¿El supercomputador Teide es otro incomprendido?
“Tuvo críticas. Y es algo extraordinario poder decir que uno de los ordenadores más poderosos del mundo está en Canarias, en Tenerife, en Granadilla, en el ITER. Está siendo utilizado por nuestro IAC, Airbus o la Agencia Espacial Europea”.

-A Stephen Hawking le prometió un panel solar en su casa (fui testigo). ¿Para cuándo?
“El otro día le dije a Manolo Cendagorta, tenemos que cumplir con Hawking, y este mes se desplaza una persona a Cambridge con ese propósito”.

17-07-2015 la laguna ricardo melchior en su casa
Melchior. / S.M. 

-Se cumple un año de Gorona del Viento. Tomás Padrón lo señala a usted en el origen.
“En Unelco yo era responsable de energías renovables. En los años 70, cuando regresé a la isla, publiqué un artículo imaginando una guerra en Irak y el cierre del suministro de petróleo. ¿Qué pasaría en Canarias?, preguntaba. El Hierro era ideal, el menor sistema eléctrico del archipiélago y la isla con mayor coeficiente de altimetría del mundo. A Rafael Martín Moyano, director de OCIDE, le deberíamos hacer un monumento en El Hierro. Financió todo”.

-Recuerdo cuando Loyola de Palacios amadrinó la idea.
“Yo la apreciaba muchísimo; Adán y yo la convencimos. Esto es un proyecto de hace treinta años. Las cosas importantes en nuestras islas (como el puerto de Granadilla) tardan una generación. Por cierto, cuando vino, alguien le preguntó en la rueda de prensa si creía en el tranvía y dijo, “por supuesto”. Y un diputado del PP me dijo que no le advirtió de que ellos estaban en contra”.

-¿Volvería a hacer el tranvía?
“Sí, aunque hubiese tenido menos éxito, lo volvería a hacer. Después hemos asesorado la instalación de tranvías en Israel, Zaragoza…”.

-¿Sigue creyendo en los trenes?
“Sin duda”.

-¿Por qué se enfrío la relación con Adán Martín?
“Yo le tenía un respeto impresionante. Adán era una gran persona y fue un gran presidente. Era influenciable y a veces pudo haber cierto distanciamiento, pero siempre le estuve sinceramente agradecido”.

-¿Con Paulino Rivero?
“Con Paulino no me fue tan bien. A pesar de que fuimos compañeros en el Cabildo con Adán. Paulino tenía una longitud de onda distinta a la de Adán y la mía. Nosotros tendíamos a separar la paja del trigo, que es el punto de vista de los ingenieros. Vas al trigo y te molesta cuando te los mezclan una vez y otra vez”.

-Pregunta de ingeniero: ¿con Carlos Alonso mantiene tendidos los puentes?
“La relación personal va bien; la otra casi no existe, porque tiene su propio equipo, aunque muy de vez en cuando me llama para pedirme algún consejo. Lo que pasa es que Carlos tiene 20 años menos que yo y, lógicamente, tiene puntos de vista distintos. Te sentirás solo, le decía. Cuando tienes que tomar las decisiones claves estás solo, y tú te la juegas. En noviembre del 99, al llegar a la presidencia del Cabildo, dije que Tenerife necesitaba un hospital comarcal en el norte y otro en el sur. Esa decisión me tocó tragármela yo solo. Algún día escribiré sobre eso”.

-¿Cómo conoció a Teresa de Calcuta, la madre de los enfermos más pobres?
“Era un vuelo Madrid-Roma, y al entrar en el avión vi a unas monjas que me resultaron familiares. Me senté al lado de una de ellas y le dije, “madre, yo las conozco, no sé si de Santa Cruz, La Laguna o Garachico”. Y no me entendieron. Entonces, me di cuenta que era la madre Teresa de Calcuta. Todo el viaje lo pasamos charlando, era muy cariñosa. Me pidió que a la azafata le dijera que le cambiara la comida por caramelos para sus niños, y le dije a la chica que le diera una bolsa de caramelos. Todos querían abordarla y fui su secretario durante el vuelo. Después, le llevé la maleta, tenía ya los hombros hundidos, y se fue feliz con su bolsa de caramelos”.

-Muchos creyeron que usted traería al Papa Francisco.
“Lo invité cuando iba a canonizar a Anchieta, pero no viajó a Brasil”.

-¿Llegó a replantearse la continuidad de la Orquesta Sinfónica?
“La defendí siempre, pero no cabe duda de que es un gasto importante. Llegué a plantear la posibilidad de una sola Orquesta Sinfónica de Canarias. No lo veían ni aquí ni allí. Es un dinero bien empleado, pero es mucho dinero”.

-¿Dejó de fumar por alguna promesa?
“Mi mujer me dijo que si dejábamos de fumar los dos. Yo dejé de fumar, ella no. Hace ocho años dejé los puros”.

-¿A veces le ‘sale el isleño’, que dicen los cubanos, y explota?
“Cuando me hacen cabrear, me cabreo. Y no me arrepiento. Por la deslealtad, por la mentira y por la vagancia no paso”.

-¿Cómo ha de ser el político?
“Hay que escuchar a las personas, y escucharlas no es oírlas, es meterte en el problema, porque eres un poco su padre, su amigo y su sacerdote. Muchas veces, no puedes hacer nada, pero basta que la escuches, para que se sienta aliviada. A veces una ayuda pequeña es una gran ayuda. A mí me dio el Cabildo aquella beca y pude ir a Alemania a estudiar”.