cuadernos de áfrica

Inseguridad marítima – Por Rafael Muñoz Abad*

En un escueto comunicado El Cairo ha confirmado el bloqueo y consiguiente cierre del Canal de Suez por la varada del súper tanque Suezmax. Con un calado de 20 metros y 275 de eslora, el buque habría sido alcanzado por varios proyectiles disparados desde la ribera oriental, embarrancando e incendiándose su carga de crudo. Esta noticia representaría una de las peores pesadillas para las ya maltrechas economías occidentales y a la par uno de los mayores deseos del integrismo. Objetivos mediáticos. No es necesario ahondar en las repercusiones económicas que tendría un [otro] cierre de Suez. De momento, el precio del barril se dispararía y con eso todo queda dicho. El escenario no es delirante en absoluto. Las facciones integristas que se han hecho fuerte en la península del Sinaí ya han mostrado su capacidad para golpear objetivos navales. La pasada semana, una corbeta de la armada egipcia era alcanzada por un misil de superficie. Ante la incapacidad gubernamental, la metástasis islamista se afianza peligrosamente. En el norte de Nigeria, el delirante califato de Boko Haram conecta ideologías con los pasillos del Sahel. Un catalizador donde el tráfico de armas, drogas y personas confluyen al Mediterráneo nutriendo los caudales del islamismo. Ya no se trata de una pandilla de barbudos en Toyota y kalashnikovs. Nos enfrentamos a un entramado perfectamente engrasado que ha vaciado los ingentes arsenales iraquíes, libios y sirios. Por deformación profesional incido en la seguridad marítima. Empieza a existir un goteo de ataques y una relativa sensación de inseguridad entre los armadores. El seguimiento a las embarcaciones “irregulares” en el estrecho de Gibraltar es incesante; y es que el tráfico comercial en los cuellos de botella, puede ser el próximo gran objetivo -mediático- del integrismo. La guardia costera italiana ya ha solicitado navegar armada por temor a acciones aisladas entre los miles de refugiados que recoge en la mar. Por otra parte, los nuevos señores del petróleo, ajenos a Trípoli y sospechosos de tener lazos con el islamismo, negocian ya directamente los fletes con los brokers de los buques tanque que recalan a las costas libias.

CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL
cuadernosdeafrica@gmail.com