Un simbólico desnudo femenino, original de Pietro Negri (1628-1679), pintado en 1662 e ingresado en el Museo del Prado en 1916, dentro del magnífico legado de Pablo Bosch, es el mejor referente ideológico de la exposición Los objetos hablan, montada con fondos propios y que, con el patrocinio de la Fundación La Caixa, recorre las principales capitales españolas. En el espíritu de las Vanitas barrocas -también se intituló Magdalena penitente por los elementos de soledad y mortificación que porta junto a finos tejidos y ceñidores de piedras preciosas- revela la colisión entre la hermosura física y las joyas que la resaltan, símbolos de tasada temporalidad, y la verdad desnuda de la calavera, magníficamente interpretada por el veneciano cuya estética transitó entre el manierismo tardío de Matteo Ponzone y el naturalismo tenebrista de Francesco Rucci. Convive esta tela excepcional con sesenta obras de los representantes cimeros de las principales escuelas de Europa entre los siglos XVI y XIX, seleccionadas por el protagonismo determinante del lujoso o humilde menaje y adorno doméstico, las prendas y joyas, las piezas de ajuar, las herramientas y útiles de trabajo, los elementos de ocio y de juego, los productos artesanos e industriales y los símbolos de poder y profesión que acompañan al hombre en su trayecto vital. Con cincuenta y dos pinturas y ocho artículos decorativos -alhajas, monedas e instrumentos de distintos usos- el argumento de los objetos que nos rodean está desarrollado por la mejor selección de plásticos hispanos, desde el singular Doménikos Theotokópoulos, el Greco, a Sánchez Coello, los barrocos Diego de Silva Velázquez, José Ribera, Bartolomé Murillo, Francisco de Zurbarán y Luis Egidio Meléndez, máximo especialista en naturalezas muertas; desde los flamencos Jan Brueghel el Viejo, como documentalista de colecciones, a Franz Pourbus el Joven, como retratista, desde el germano Pedro Pablo Rubens que se erigió en líder plástico en los Países Bajos del Sur hasta el belga Theodor Rombouts, significado entre los caravaggistas nórdicos, presente con El charlatán sacamuelas; desde Luca Giordano a Francisco de Goya y desde Vicente López y a los cada día más valorados Cecilio Pla y Joaquín Sorolla. Considerando que La Caixa se hizo cargo de los restos del naufragio de CajaCanarias, dentro de la debacle general de las entidades territoriales de ahorro, sería justo y necesario que los programas de su Fundación se extendieran a las islas. ¿O no?
Pietro Negri publicado por Luis Ortega →