El CD Tenerife consolida y refuerza, temporada tras temporada, su objetivo de formar a jóvenes jugadores en la Ciudad Deportiva de Los Baldíos-Geneto. A todos los niveles del fútbol base blanquiazul se ejerce una efectiva labor, que va dando sus frutos. De esta manera, en una demarcación tan específica como la portería, se puede comprobar que de las últimas siete generaciones de guardametas (nacidos entre 1989 y 1995), hasta seis de ellos han militado en Segunda División B o en una categoría superior.
Dentro del organigrama técnico del CD Tenerife, la figura del entrenador de porteros tiene presencia en el fútbol base de la entidad blanquiazul desde hace diez años. Esa destacada labor de formación que diariamente, en el transcurso de cada temporada, se realiza en la Ciudad Deportiva tinerfeñista, sigue dando sus buenos resultados.
De esta manera, en las últimas siete generaciones de porteros (nacidos de 1989 a 1995) con trayectoria en las categorías inferiores del CD Tenerife, seis de ellos han llegado a jugar en Segunda División B o en la Liga Adelante. Son los casos de Luis Arellano (1989), Matías Maini (1990), Roberto Gutiérrez (1991), Ángel Galván (1993), Dani Lorenzo (1993) y Carlos Abad-Hernández (1995).
También Alberto Quintero (1987) ha competido en la categoría de bronce del fútbol español, con lo que siete de las últimas nueve generaciones han conocido a un meta con presencia en Segunda División B o en una categoría superior.
Una metódica labor de formación, que se desarrolla en el área de fútbol base blanquiazul y que también tiene su reflejo en una demarcación tan importante como es la portería.
El actual caso de la meta blanquiazul es un ejemplo del buen trabajo que se está realizando en la factoría de Geneto. El primer portero es Dani, venezolano de nacimiento, pero formado en la cadena de filiales del club blanquiazul. Por el puesto de segundo se pelean varios tinerfeños, como son Roberto, Carlos, Nauzet y Ángel Galván, quien regresa de su periplo de cesión.